Barceló Rafael Ramis ,
Recensione: F. León Florido, Las filosofías en la Edad Media. Crisis, controversias y condenas,
in
Antonianum, 86/3 (2011) p. 558-588
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Sommario in spagnolo:
En la serie “Manuales Universidad” de Biblioteca Nueva de Madrid ha aparecido un interesante libro de sintesis sobre la filosofia medieval. No es un manual al uso (como puedan serlo los de Copleston, Vigneaux o Gilson), sino un conjunto de trabajos monograficos que estan concebidos para que el estudiante (o el lector interesado en filosofia medieval) tenga una vision sintetica y actualizada de las principales corrientes de este periodo.
Sintesis y actualidad serian las dos notas que mejor describen el contenido de este excelente libro del profesor Francisco Leon Florido, de la Universidad Complutense de Madrid. En trescientas paginas el lector versado en filosofia repasa los puntos cimeros (y mas conflictivos) de la historia del pensamiento filosofico y cientifico medieval, en un estudio denso, solido y ordenado.
Por la rigurosa discusion historiografica que contiene, este libro puede resultar excesivo a los estudiantes de los primeros cursos universitarios, pues estos requieren una exposicion estandarizada y escolar de los principales autores y no una discusion de dicho estandar. Si Gilson o Copleston representan dos visiones tradicionales del tomismo dominante, y que han sido estudiados por generaciones de alumnos, es necesario conocer su postura para poder entender despues la contralectura que el profesor Leon Florido propone en su obra.
En el primer capitulo, el autor hace una excelente sintesis historiografica del pensamiento filosofico y cientifico de la Edad Media, tal vez una de las mejores que pueden encontrarse en la actualidad en cualquier idioma. En ella se compendia la evolucion de las corrientes del medievalismo en el siglo XX y se valoran especialmente los esfuerzos de los principales medievalistas de nuestros dias para discutir los esquemas forjados desde el XIX.
En concreto Leon Florido, despues de conceder gran importancia a Gilson,
Van Steenberghen o Vignaux, se centra en la exposicion de las principales ideas de Luca Bianchi, David Piche o Alain de Libera, cuyos trabajos han reformado la comprension de la Edad Media de algunos especialistas, pero todavia -salvo algunas excepciones- no se han traducido en sintesis historiograficas a las que el publico filosofico haya podido tener amplio acceso. La Edad Media policentrica de Alain de Libera es, en todo caso, una idea que ha empezado a cuajar en numerosos grupos de investigacion medievalistica de Europa. De ahi la necesidad de explicar el Medio Evo como una epoca de dialogo y de transmision del saber entre diferentes culturas y religiones, una idea que en nuestro mundo actual vuelve a ponerse de manifiesto.
El libro esta centrado en la Edad Media latina y cristiana, pero es consciente de la reivindicacion de Alain de Libera (La philosophie médiévale, Paris, PUF, 1993) sobre el “etnocentrismo cultural latino” (p. 25) y soslaya precisamente la tentacion de caer en un Medievalismo europeizante cerrado en si mismo. Todo buen trabajo que se precie sobre la Edad Media, debe contener un dialogo con la filosofia arabe y la judia. En el libro estas corrientes no aparecen detalladas sino que constituyen un permanente punto de fuga, un horizonte insoslayable que no debe perderse de vista.
En el capitulo 2 se plantea un estudio multifocal del neoplatonismo, atendiendo a sus implicaciones filosoficas y teologicas en el pensamiento posterior. Sirve para sintetizar el maridaje del platonismo con el pensamiento cristiano y resulta un acertado resumen de la filosofia altomedieval, aunque mas escorada hacia la patristica latina que a la griega, a diferencia de otros autores como Lambros Couloubaritisis (Histoire de la philosophie ancienne et médiévale, Figures illustres, Paris, Grasset, 1998), que buscan el engarzamiento entre la epoca antigua y la Medieval.
Tal vez el capitulo mas grafico del libro sea el tercero, dedicado a la translatio studiorum, que da cuenta del itinerario de la filosofia neoplatonica y aristotelica hasta su polemica sintesis final en Paris. Se explica el itinerario de la filosofia desde los sabios neoplatonicos refugiados en Harran hasta su transmision en el Occidente latino. Desde luego, la culta minoria de Harran desempeno un papel decisivo en esa labor de traduccion y aclimatacion de la filosofia griega a un mundo nuevo.
Este capitulo denota la influencia del pensador marroqui Mohamed Abed Yabri, uno de los mas respetados medievalistas de nuestros dias. Se muestra en estas paginas un consenso con las tesis mas polemicas de Yabri (vease la traduccion espanola El legado filosófico árabe, Madrid, Trotta, 2006), a saber, que la cultura arabe se hundio tras haber trasmitido su saber a la Europa cristiana y quedo vacia por haber renunciado al racionalismo de Averroes.
El capitulo 4 se centra en el momento culminante de las luchas parisinas en la epoca de la recepcion del caudal aristotelico, en el que el autor sigue a Piche (Censure et philosophie: la condamnation parisienne de 1277, Québec, Université Laval, 1996). El Syllabus del obispo Tempier sirve a Leon Florido para referirse al problema de la autonomia de los artistas (profesores de Artes) frente a los teologos y a los problemas de absorcion de Aristoteles en ambos colectivos. En las paginas 157-179 se reproduce integramente la condena del Obispo Tempier en la version bilingue espanol-latin preparada por el autor del libro.
Despues de aludir a la labor de Siger de Brabante como guia para los artistas (p. 181), Francisco Leon muestra que el debate entre averroistas y antiaverroistas continuo con la disputa entre dominicos y franciscanos. El autor, buen conocedor de la filosofia franciscana -en particular la de Duns Scoto- resume la trayectoria desde San Buenaventura hasta su sucesor en la catedra.
Sin embargo, como es sabido, el recorrido no acaba aqui, sino que continua como minimo hasta Guillermo de Ockham. El profesor Leon extiende las consecuencias de la reaccion franciscana hasta Descartes, considerado el ultimo autor medieval, preocupado por saber si la omnipotencia de Dios puede hacer algo contrario a la razon. Se trata, pues, de un ultimo segmento de la Edad Media, en el que la impugnacion franciscana del averroismo aristotelico cristianizado por Tomas de Aquino tomo cauces insospechados.
Estas ideas, que articulan el contenido de los dos ultimos capitulos (quinto y sexto), estan muy influenciadas por la obra de Andre de Muralt (L'enjeu de la philosophie médiévale, Études thomistes, scotistes, occamiennes et grégoriennes, Brill, Leiden, 1991), uno de los medievalistas mas interesantes de las ultimas decadas. Muralt busca las raices de la ciencia, de la epistemologia y de la politica moderna en la reaccion que llevaron a cabo los franciscanos contra la filosofia racionalista de corte averroista.
Su recuperacion del neoplatonismo para tratar el tema de la omnipotencia divina, obligo a los hijos de San Francisco a desplegar un pensamiento eminentemente voluntarista, que dio lugar a una teologia y a una filosofia centrada en el poder absoluto de Dios y en la obediencia a su entera voluntad. Si la influencia de este voluntarismo en la filosofia moderna es un tema bastante socorrido, su ascendiente en la filosofia politica es mucho menos conocido.
Siguiendo a Muralt (La estructura de la filosofía política moderna. Sus origenes Medievales en Escoto, Ockham y Suárez. Madrid, Istmo, 2002), Leon Florido considera a Martin Lutero como el mayor receptor de este voluntarismo para aplicarlo a la filosofia politica. Dice el autor que “a traves del reformador aleman, las doctrinas teologicas de la escolastica critica serviran de suelo firme para la ereccion del edificio de la teoria politica del absolutismo moderno” (p. 232).
El ultimo capitulo esta dedicado al estudio de la omnipotencia divina en relacion con la ciencia moderna. De ahi que el autor muestre como la metafisica teologica de la omnipotencia divina permite el enlace entre la reflexion teologica bajomedieval y la construccion de la ciencia moderna a partir de la generalizacion del metodo hipotetico, algo que libera a la ciencia de la necesidad de la observacion natural. Por eso, la influencia de la imaginacion en la construccion de modelos coadyuva a una transicion a la ciencia moderna que el naturalismo aristotelico no facilitaba (p. 276-280).
Este sexto capitulo contiene asimismo una sutil discusion historiografica con los grandes historiadores de la ciencia del siglo XX (Hall, Duhem, Grant, Crombie, Koyre…) El tema que se trata (veanse las notas 35-46) es la influencia de la ciencia medieval en la llamada “revolucion cientifica”. Leon se inclina, con matices, a favor de la tesis continuista, mostrando la influencia de los fisicos tardomedievales en la elaboracion de unas bases sobre las que despues edificarian autores como Galileo y Descartes.
En definitiva, un libro muy recomendable y un autentico viaje filosofico a traves de la Edad Media. Si se le tuviese que poner un reparo, diria que es excesivamente sobrio, y que un prologo y unas conclusiones ayudarian a redondear el sentido y el alcance de la obra. De todas maneras, cabe decir que es un trabajo tan bien ensamblado y riguroso que resultara provechoso a cualquier lector interesado que tenga ya algunos conocimientos de filosofia medieval.
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