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Recensione: König-Pralong Catherine, Ribordy Olivier, Suarez-Nani Tiziana (dir.), Pierre de Jean Olivi. Philosophe et théologien

En la colección “Scrinium Friburgense” de la editorial berlinesa De Gruyter se han publicado las Actes du colloque de Philosophie médievale (24-25 octobre 2008) llevadas a cabo en la Universidad de Fribourg (Suiza), centradas en el ilustre franciscano provenzal Pierre de Jean Olivi, editadas por Catherine König-Pralong, Olivier Ribordy, Tiziana Suarez-Nani.

Como indican los autores “l’entrée progressive de Pierre de Jean Olivi au panthéon des grands auteurs de la scolastique médiévale procède de deux entreprises scientifiques décisives” (p. 7). Ciertamente, Olivi es un autor de gran entidad, cuyo pensamiento no resulta tan relevante como el de Duns Scoto o de San Buenaventura, pero que, en cambio, ofrece un posicionamiento clave en los grandes problemas intelectuales de su época.

Nacido en Sérignan, cerca de Béziers, en 1247 ó 1248, Olivi ingresó en la Orden franciscana hacia 1259-1260. Inició su magisterio sin haber recibido los grados académicos y tuvo que hacer frente a múltiples acusaciones. Después de múltiples vicisitudes, pudo presentar su defensa en el capítulo general de los franciscanos, celebrado en Montpellier en 1287. El ministro general, Mateo de Aquasparta, lo designó como lector del studium del convento franciscano de Florencia, donde coincidió con Ubertino da Casale, Angelo Clareno y Conrado de Offida. Dos años después regresó como lector de los conventos de Montpellier y Narbona, donde ejerció hasta el 1298, año en el que murió.

Como es sabido, su sepulcro de este franciscano provenzal pronto se convirtió en meta de peregrinación y foco de irradiación del movimiento reformista que el franciscanismo albergó en el siglo XIV. La fama de santidad de Olivi se vio truncada por una rigurosa condena de sus doctrinas en 1318, que conllevó la quema de sus obras y la remoción de su cadáver. Su obra, como muestra el libro que aquí se recensiona, sigue siendo motivo de estudio, aunque su figura siempre ha sido polémica.

De hecho, la recuperación del pensamiento de Olivi (como autor relevante para entender el ambiente de la época) es una actividad relativamente reciente.

Cabe destacar el volumen colectivo editado por Alain Boureau y Sylvain Piron, Pierre de Jean Olivi (1248-1298). Pensée scolastique, dissidence spirituelle et societé (Paris, Vrin, 1999) y abundantes traducciones aparecidas en francés e italiano. En los últimos años se han publicado también algunas traducciones al alemán y al inglés, un extremo que muestra el interés y la vitalidad del pensamiento de Olivi en la órbita fransciscana y entre los medievalistas.

El libro muestra que el universo de Olivi, con todo, es generalmente ítalofrancés, con alguna importante ramificación alemana. La revista electrónica “Oliviana” ha permitido la notable difusión de sus obras en todo el mundo.

En este sentido, cabe decir también que el interés por Olivi está dando buenos frutos en los Estado Unidos, gracias a los trabajos de Robert J. Karris, O. F. M.

El libro que aquí se recensiona se divide en cuatro grandes secciones. La primera se titula “practiques éxegétiques” y contiene cuatro trabajos de excelente factura. El primero, debido a Sylvain Piron (EHESS), es una visión general del pensamiento de Olivi y su alcance en cuatro puntos: el filósofico, el teológico, el de la exégesis (genralmente bíblica) y el de la pobreza, extremo que vincula a Olivi con las controversias teológicas y políticas de su tiempo, en constante diálogo con San Buenaventura, que pone al día el clásico trabajo de Carter Partee, «Peter John Olivi: Historical and Doctrinal Study», Franciscan Studies 20 (1960), pp. 215-260.

El segundo trabajo se debe a Fortunato Iozzelli (Pontificia Università Antonianum) y comenta la interpretación oliviana del conocido pasaje de la parábola del buen samaritano, vinculando la hermenéutica a una cierta idea escatológica que muestra la humanidad visceral de Cristo y su misericordia.

El tercer trabajo, que se debe a Andrea A. Robiglio (Université Catholique de Louvain), se centra en la concepción de la nobilitas en la obra de Olivi, basada en la lectura del “De studio”, un discurso inaugural en el que defiende la importancia del estudio, siguiendo la línea buenaventuriana.

La última contribución de esta primera sección es de Catherine König- Pralong (Université de Fribourg / Université Paris IV Sorbonne), que reconstruye los ataques de Olivi contra la teoría formalista. En este sentido resulta curiosa la interpretación que hace de Aristóteles y de Averroes: le parece más extravagante el “Comentarista” que el propio Estagirita. La autora considera que las críticas de Olivi van dirigidas implícitamente a San Alberto Magno.

Las cuestiones filosóficas son también de un notable interés, pues todos ellos están centrados en cuestiones claves del pensamiento del momento que, en buena manera, estaba centrado en la recepción de Aristóteles. William Duba (Université de Fribourg) trata el problema de la acción instantánea, estudiando las doctrinas aristotélicas en relación con el voluntarismo franciscano. Seguidamente Oliver Ribordy (Université de Fribourg) estudia las implicaciones antropológicas de la doctrina de la materia desarrollada por Olivi.

Federica Caldera (Università del Piemonte Orientale) estudia la teoría de la iluminación, comparando a Richard de Mediavilla, formado en la escuela franciscana de Oxford, con Olivi. Anna Rodolfi (Università di Firenze) vuelve al tema de la materia, tratado ya por Oliver Ribordy, que integra a Olivi en el debate escolástico sobre este tema. Siguiendo en esta línea, Antonio Petagine (Università Cattolica del Sacro Cuore di Milano) sugiere que el punto de inicio de la discusión de Olivi sobre la materia como sujeto ontológico del devenir sustancial se encuentra en la obra de Siger de Brabante.

Un tercer apartado, dedicado a las perspectivas sobre Olivi, recoge tres trabajos.

El primero, de la profesora Tiziana Suarez-Nani (Université de Fribourg), que intenta un interesantísimo esbozo historiográfico sobre la recepción de Olivi en la Edad Media. Este capítulo, verdaderamente meritorio, es la primera piedra para la reconstrucción de lo que podría denominarse la “tradición oliviana”, que se extiende en la baja Edad Media.

La excelente contribución del profesor Peter Nickl (Westfälische Wilhelms- Universität) intenta situar la filosofía de la libertad de Olivi en un marco que permite la continua comparación histórica. En este sentido, Nickl trabaja la subjetividad, la afectividad y la reflexividad, usando en algunos casos esquemas hermenéuticos muy recientes, para defender que Olivi es un anunciador de la moderna filosofía de la subjetividad. Massimiliano Lenzi (Università La Sapienza) es el autor de un trabajo erudito sobre Bruno Nardi, Olivi y el origen del alma humana en Dante, que defiende la influencia de Olivi sobre el poeta toscano.

En el cuarto apartado, Catherine König-Pralong, Olivier Ribordy, Tiziana Suarez-Nani, editores del libro, publican su traducción bilingüe latín-francés de “De perlengendis philosophorum libris”, precedida de un amplio estudio preliminar de Suarez-Nani. Asimismo se publica la edición e introducción de “Impugnatio quorundam articulorum Arnaldi Galliardi, articulus 19”, debida a Sylvain Piron, que ya había aparecido en la revista electrónica “Oliviana”.

El lector curioso agradecerá el exhaustivo índice bibliográfico de escritos sobre Olivi, así como también de sus traducciones, que remata un trabajo de gran altura intelectual. Es una lástima que este franciscano provenzal sea tan poco conocido y que algunas de sus obras más enjundiosas no hayan recibido, por ahora, la atención que merecen. Asimismo cabe subrayar que algunas de las implicaciones políticas de la obra de Olivi (derecho y contratos, pobreza…) permanecen un tanto olvidados.

Gracias a libros como el presente, de una factura excelente, y al buen hacer editorial de De Gruyter, Olivi es un autor que entra en buen pie en el siglo XXI. Esperemos que este interesante volumen no sea más que el anticipo de muchos estudios futuros, debidos al relevante conjunto de promesas filosóficas y teológicas de la medievalística centroeuropea, que en muchos casos ha apuntado en este libro los caminos para el futuro.