Barceló Rafael Ramis ,
Recensione: Pierre de Jean Olivi, Commentary on the Gospel of Mark,
in
Antonianum, 87/2 (2012) p. 398-399
.
Summary in Spanish:
El Evangelio de San Marcos, escrito en un griego a menudo tosco, resulta un relato vivo y pintoresco. En las manos de Pierre de Jean Olivi, la narración de este sinóptico resulta un fresco de extraordinaria actualidad. La teología de Olivi, apoyada en la plasticidad de Marcos, se configura como la relación entre el Hijo de Dios -un hombre que hace milagros- y sus seguidores (p. 20).
No es que Cristo sea un taumaturgo o un mago, como a veces se sugiere en algunas obras como la de J. D. Crossan, The Historical Jesus: The Life of a Mediterranean Peasant (San Francisco: Harper San Francisco, 1991), sino que Olivi destaca el carácter sobrenatural de Jesús, elevado sobre la naturaleza, el tiempo y la historia.
La visión escatológica de Olivi, llena de crítica hacia la suntuaria Iglesia de su época, se concentra en la figura del Jesús sanador y milagroso. Frente a las personas que detentaban cargos, apegadas al texto de la ley mosaica (escribas, fariseos…), se encuentra Cristo, sanando, curando y haciendo el bien. Olivi, como bien destaca Robert J. Karris en su concisa y esclarecedora introducción, escribía y comentaba para los religiosos franciscanos de su época, debatidos en múltiples encrucijadas intelectuales sobre su misión cristiana y evangélica (p. 23).
El espíritu escatológico coadyuva a que Olivi presente a Cristo como el Juez del Juicio Final, revestido con majestad y gloria junto al Padre. Es Cristo, por lo tanto, miembro del Tribunal que debe juzgar a vivos y a muertos, así como también Maestro para la Humanidad. En las tres secciones principales del Evangelio de Marcos presenta a Cristo como a un maestro extraordinariamente convincente y plástico. Estas tres dimensiones (capaz de obrar milagros, juez ultraterreno y maestro constituyen una trinidad de acción del Hijo de Dios).
El estilo exegético de Olivi se basa en la división textual. Escoge algunos versículos e intenta otorgarles un sentido unitario. A menudo presta atención a un versículo e intenta extrapolar su explicación a un conjunto de ellos. El franciscano provenzal es extraordinariamente conciso y se fija sobre todo en estas tres facetas ya expuestas. El lector cuidadoso observa el carácter apocalíptico con el que tiñe su explicación. El Evangelio de Marcos hace referencia indirecta al Juicio y al final del tiempo: los milagros son una anticipación de esa justicia divina y las enseñanzas son una exhortación a la conversión.
En este sentido, cabe decir que el comentario de Karris, profesor en el Instituto Franciscano de San Buenaventura, tiene gran capacidad evocadora y fina penetración hermenéutica. Aprovechando la edición de Fortunato Iozzelli, Petri Iohannis Olivi Lectura super Lucam et Lectura super Marcum, Collectio Oliviana 5 (Grottaferrata, Collegium S. Bonaventurae, 2010), el franciscano norteamericano realiza su versión de esta obra. Karris repite la idea de que Olivi dicta este curso de teología bíblica en un aula franciscana y con argumentos franciscanos. La traducción está muy lograda, ya que logra verter el griego de Marcos a un inglés igualmente plástico que, de forma inteligente, evita algunos barroquismos en los que a veces incurren algunas traducciones bíblicas. El Evangelio de Marcos suena en inglés como lo hace en griego: natural, colorista y vivo.
Las notas al texto, escuetas y directas, son siempre pertinentes, invitando a la lectura en paralelo del Evangelio. La obra concluye con la traducción de la interpretación que hizo San Alberto Magno de los pasajes que son exclusivos del Evangelio de San Marcos. El Maestro de Colonia se revela como un erudito comentarista del texto: su visión, frente a la de Olivi, es más “conservadora” y vencida hacia la lectura complementaria del Antiguo Testamento, mientras que la del provenzal en vez de pensar en el pasado, tiene los ojos puestos en el futuro.
En fin, una magnífica y breve edición que servirá al público inglés (cuyo acceso a las fuentes latinas resulte dificultoso) para conocer la interpretación que hizo Olivi del Evangelio de San Marcos. Hay que agradecer, por último, el gran esfuerzo de divulgación de la obra de Olivi que, en los últimos decenios, está siendo estudiada y reubicada en el lugar que merece.
Así lo atestiguan, no sólo los volúmenes de la Collectio Oliviana, sino también Pierre de Jean Olivi (1248-1298): Pensée scolastique, dissidence spirituelle et société, editado por Alain Boureau y Sylvain Piron (Paris, J. Vrin, 1999) y Pierre de Jean Olivi – Philosophe et théologien, editado por Catherine König- Pralong, Olivier Ribordy y Tiziana Suarez-Nani (Berlin/New York, Walter de Gruyter, 2010), dos espléndidos testimonios de la salud y actualidad de los estudios acerca de este relevante pensador franciscano.
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