Uribe Fernando ,
Recensione: JACQUES LE GOFF, Saint François d’Assise ,
in
Antonianum, 75/1 (2000) p. 181-183
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Summary in Spanish:
La fama que se ha conquistado Jacques Le Goff después de casi cincuenta años de investigación histórica sobre el Medioevo, le ha merecido la confianza de la Editorial Gallimard para reunir en un solo volumen cuatro artículos suyos de vieja data, aparecidos entre 1967 y 1981. Aunque todos ellos rondan la figura de Francisco, sólo uno se ocupa en sentido estricto de la vida y los ideales del santo, por lo cual el título del libro: Saint François d’Assise, sin ningún subtítulo explicativo, resulta genérico y ambiguo. Los cuatro artículos son muy diversos por su extensión, por el enfoque y aún por la metodología empleada; algunos de ellos fueron corregidos y mejorados levemente para esta nueva edición. Al comienzo de la obra ha sido colocada una cronología de la vida de Francisco y al final un modesto suplemento bibliográfico con varios estudios aparecidos entre 1967 y 1999, casi todos en francés e italiano, de los cuales sólo dos o tres entraron tímidamente en la revisión de los artículos, aunque no de todos. En el centro del libro aparecen doce páginas fuera de texto con ilustraciones a todo color, que representan algunos lugares de Asís y, sobre todo, varias imágenes antiguas de san Francisco.
El primer artículo es una presentación del mundo occidental entre el siglo XII y comienzos del XIII desde varias perspectivas: social, política, cultural y religiosa. Es el período de las grandes transformaciones dentro del cual se lleva a término la llamada reforma gregoriana. Como buen conocedor del occidente medieval, el autor traza con mano maestra el escenario dentro del cual le tocó actuar a Francisco de Asís. Sus análisis y agudas observaciones colocan la vida del Pobrecillo en un horizonte amplio, y ayudan a comprender mejor su personalidad y su misión histórica. El carácter sintético de este trabajo exime al estudioso de cualquier referencia bibliográfica.
El segundo artículo, calificado por el autor como “le principal” (p. 9), es por lo menos el más largo. A juzgar por el título (À la recherche du vrai saint François), en él se pretende descubrir al verdadero Francisco. Después de una rápida presentación de las fuentes indispensables para el conocimiento del santo (sus escritos y varias biografías antiguas), el estudioso describe los grandes pasos de su vida y puntualiza los aspectos más importantes de su obra aunque, a decir verdad, la figura de san Francisco que emerge no sobrepasa los lugares comunes. La narración sigue el orden cronológico y, según su declaración explícita, se basa en la obra de Tomás de Celano, aunque a veces se aparta de la misma sin previo aviso. No faltan algunas imprecisiones, como por ejemplo el que al parecer Rufino y León ingresan dos veces en la Orden (cf. pp. 59 y 65). Tampoco en este caso se hace uso de un buen aparato crítico y, como dato curioso, las pocas referencias en nota a las fuentes aparecen en italiano y no en su original latino. La presentación de las fuentes al inicio de este capítulo, escrito en 1967, se resiente en buena medida de la no actualización de los estudios críticos sobre las mismas, tanto en lo que se refiere a los escritos de Francisco como a las que forman parte de la llamada “cuestión franciscana”.
Bajo el título: Le vocabulaire des catégories sociales chez saint François d’Assise et ses biographes, el tercer capítulo ofrece un ensayo en el que se aplica uno de los métodos de la moderna investigación histórica: el de la frecuencia y las tendencias del vocabulario que usan las fuentes. Parte de la hipótesis según la cual el lenguaje que usan las fuentes está en estrecha relación con el universo mental de sus autores y por lo mismo en él se reflejan los modelos culturales de un determinado contexto histórico. El estudio somete a un detenido al análisis los escritos de Francisco y las principales fuentes hagiográficas, entre las cuales fueron incluidas la Legenda aurea de Giacomo de Voragine y la Legenda Monacensis, e ignoradas el Anonymus Perusinus, la Trium Sociorum, además de las compilaciones de comienzos del siglo XIV. El autor divide el léxico escogido en tres categorías: el relacionado con la sociedad celeste, con la sociedad franciscana y con la sociedad terrestre cristiana. Sus análisis son cuidadosos, serios y bien documentados; al final hace un intento de interpretación con observaciones ponderadas. Es quizás el mejor trabajo de los que aparecen en este libro, no solo por el trabajo en sí mismo sino porque podría señalar caminos a otros estudios semejantes, en los que la aplicación de la metodología serría mucho más fácil y con resultados más precisos mediante el empleo de los subsidios cada vez más exactos que está suministrando la moderna tecnología electrónica.
El último capítulo tiene como objetivo definir la actitud de los franciscanos, con su específico interés de evangelizar la sociedad laica, en el contexto de los modelos culturales predominantes en el siglo XIII. Para tal fin, el autor hace una lista de modelos agrupados según determinadas categorías, por ejemplo, el espacio, el tiempo, las estructuras de la sociedad civil y de la sociedad religiosa, los valores éticos o estéticos, etc. Frente a ellos coloca el “hacer” franciscano durante su primer siglo de existencia, en el que, a pesar de que se da una diversa comprensión del ideal del fundador y una evolución de la praxis de la forma vitae de la primitiva fraternidad, se verifica, según el estudioso, la existencia de un modelo franciscano de evangelización de los laicos al interior del modelo mendicante. También aquí el estudio se apoya en una buena documentación y es conducido con seriedad. Los resultados son interesantes, aunque nunca se podrá pretender conclusiones exactas de trabajos de esta naturaleza, pues no lo permiten ni la amplitud del espacio histórico sometido al análisis ni aún las dificultades que comporta la determinación de los mismos modelos culturales.
No obstante los límites que de suyo tienen muchos de los libros que recogen trabajos antiguos de un mismo autor, sobre todo cuando no se hace la debida actualización de los mismos, la presente colección de artículos de Jacques Le Goff resulta útil, porque nos pone al alcance de la mano los más importantes estudios de tema franciscano de un autor que, por sus largos años de investigación, es colocado con razón entre los más connotados medievalistas de las últimas décadas.
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