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Informazione sulla pubblicazione:
Recensione: ENRICO MENESTŌ, et alii (a cura), Fontes Franciscani,

 
 
 
Foto Uribe Fernando , Recensione: ENRICO MENESTŌ, et alii (a cura), Fontes Franciscani, , in Antonianum, 72/1 (1997) p. 150-153 .
Sommario in spagnolo:

Después de una larga espera de casi diez afios desde cuando se hizo el anuncio de publicación, salió a la luz el volumen del corpus de las Fontes Franciscani gracias a la iniciativa de las «Edizioni Porziuncola» de Asis. La importancia de està obra y el rol que està Uamada a tener en los estudios serios del franciscanismo durante las décadas siguientes le ameritan toda nuestra atención e interés.

Ademàs de los opùsculos de Francisco y Clara de Asis, en este volumen han sido recogidas un total de 22 fuentes de extensión y naturaleza diversa, compuestas a lo largo del siglo XIII y durante la primera mitad del XIV. Al parecer el criterio que guió la selección de ellas fue su condición de documentos primarios para la es-piritualidad y la historia franciscana, corno se desprende de la presencia de los es-critos inspiracionales de Francisco y Clara de Asis, del Sacrum Commercium y de las mas importantes leyendas y compilaciones de caràcter hagiogràfico. Nótese que el Sacrum Commercium ya habia sido editado corno n. 1 de la misma colección «Medioevo Francescano» (cf. Sacrum commercium sancti Francisci cum domina Paupertate, a cura di Stefano Brufani, Ed. Porziuncola 1990). Los editores prome-ten un segundo volumen de Fontes Franciscani, pero en el frontispicio del actual no aparece ninguna indicación de que estamos ante el volumen I. No sabemos con cuàl criterio se harà la selección del voi. II, salvo la genèrica afirmación de que traerà las crónicas franciscanas y otros testimonios documentales y literarios sobre san Francisco de Asis y la Orden de los Menores, asi comò el indice analitico de toda la obra (cf. p. IX). Segùn esto no se guiarà ni por el criterio cronològico ni por la naturaleza misma de las fuentes, corno se ha demostrado en el voi. I. Por lo mis-mo, no sabemos si en él seràn incluidos algunos documentos cortos pero importan­tes cuya ausencia se hace notoria en el primero, tales comò las dos redacciones del Privilegium paupertatis, la Notificatio mortis sanctae Clare (en relación con la publi-cada Epistola encyclica de transitu sancti Francisci) y aùn la Bulla canonizationis sancti Francisci (en relación con la publicada Bulla canonizationis sanctae Clarae Assisiensis).

Con relación a otras ediciones recientes del mismo genero, la actual tiene el mèrito de haberle dado la debida importancia a algunas obras que han sido poco conocidas y estudiadas, debito entre otras cosas a la escasa difusión. Nos referimos al Officium sancti Francisci compuesto por Juliàn de Spira, a la Legenda versificata sancti Francisci escrita por Enrique d'Avranches y a la anònima Legenda versificata sanctae Clarae Assisiensis. Los editores pretenden también rescatar el valor del Spe-culum minus al colocarlo entre las grandes compilaciones.

Con gran acierto, los Opusculos de san Francisco son presentados segùn el or-den alfabètico de sus titulos, los mismos que fueron propuestos por Kajetan Esser en su edición critica. Dado el gènero mixto de la mayorfa de los opusculos, tal pre-sentación evita los inconvenientes que se desprenden de los diversos intentos de clasificación de los mismos, propuestos todavia hoy por varios estudiosos y editores. Como era de esperar, aqui fueron incluidas las Verba exhortationis «Audite Povere­lle», tal corno aparecen en la revisión de la edición critica de 1989 hacha por Engel-bert Grau. Los tres autógrafos de Francisco son presentados en duplicado, es decir, segùn la edición de Kajetan Esser y la de Attilio Bartoli Langeli. Los opusculos de santa Clara no ofrecen dificultades para su ordenación, pues ademàs de ser menos en cantidad, son mucho mas definidos en su gènero y mas fàciles de datar; son pre­sentados segùn un cierto orden cronològico de aparición que, por otra parte, per-mite la distinción entre cartas, Regia, Testamento y Benedición.

Para la distribución de las demàs fuentes los editores prefireiron conservar la tradicional distinción y un tanto maniquea entre Leyendas «oficiales» y «no oficia-les». Al interior de cada una de ellas se observó un cierto orden cronològico, aun-que no siempre muy evidente ni convincente, pues estàn de por medio algunos pun-tos no resueltos de la llamada «cuestión franciscana». Llama la atención igualmente ver al Sacrum Commercium, obra mas espiritual que hagiogràfica, colocada entre las compilaciones, particularmente entre la Compilatio Assisiensis y el Speculum per-fectionis (minus). El Processo di canonizzazione di s. Chiara aparece corno Apéndice de todo el volumen, precedido de la buia «Gloriosus Deus» traducida al italiano. La razón de tal separación, no suficientemente explicitada por los editores, se debe a que hoy no poseemos el texto en lengua latina. Si tal fue la razón, entoces por igual motivo habria que mandar al Apéndice el Cantico delle creature y las Verba exhor­tationis «Audite poverelle» de san Francisco.

Los textos de las fuentes fueron tomados de las respectivas ediciones criticas, los que las tienen, y en su defecto de las ediciones mas dignas de crédito que hay en circulación. Los editores anuncian que introdujeron «leggere modifiche» (cf. p. Vili) en cuatro de las fuentes: la Legenda trium Sociorum, la Compilatio Assisiensis, el Speculum minus y en los Actus Beati Francisci, pero tales modificaciones no apa­recen indicadas en la «Premessa» ni registradas en la edición del texto, obligando con elio a los estudiosos a hacer por si mismos la pesquisa y la verificación de tales correciones. Los cambios mas fàciles de detectar y tal vez los mas significativos son los introducidos en los Actus Beati Francisci, que son editatos segùn la edición de J. Cambell, corregida parcialmente de acuerdo con las criticas hechas a la misma por E. Menestò en la Introducción particular. Hay por lo menos otra modificación no anunciada, la introducida en la Legenda sanctae Clarae, segùn la cual se traslada al paràgrafo 53 parte del 52, y al 59 parte del 58 de la edición de Penacchi; la finalidad es razonable: dedicar a cada episodio un paràgrafo independiente. El aviso a los lectores de tales cambios habria sido muy conveniente.

Los textos carecen de las variantes y del correspondiente aparato critico-tèc­nico. Como compensación, junto con las fuentes biblicas, la mayorfa de las fuentes publicadas traen al pie de pàgina listas minuciosas de los principales lugares para-lelos con otros documentos del mismo volumen; algunos son tan sutiles que nos preguntamos si son realmente ùtiles. Con relación a las fuentes biblica, en algunos casos resulta exagerado atribuir un origen biblico a algunos términos aislados que por su contexto no parecen tener ninguna relation con la Biblia y que probable-mente no son mas que simples coincidencias.

Uno de los óptimos aportes de està edición al mundo franciscano es la división en versfculos, casi siempre bien lograda, de aquellos textos que todavia no la teman. Hay que aceptar que con este sitema la citación de la Legenda Maior resultarà un poco mas complicada, pero sera una excepción, pues la división facilitarà enorme­mente la citación de los textos para el conjunto de las fuentes y probablemente con­tribuirà a la unificación de la misma, superando la forma particularista y confusio­naria propuesta en algunas ediciones modernas, comò la italiana de Fonti Frances­cane.

La adopción de las siglas parece haberse guiado, corno ocurre en varias obras, por el criterio de la economia de letras con detrimento de la claridad, creando en definitiva un poco de confusión. Tal ocurre, por ejemplo con ILVe y 2LVe usadas para dos obras que no tienen en conùn mas que el aspecto formai de la verificación, es decir, la Legenda versificata sancti Francisci y la Legenda versificata sanctae Clarae Assisiensis. Igual cosa se puede decir de ISpe y 2Spe para referirse respectivamente al Speculum minus y al Speculum perfectionis. Por razones semejantes nos pregun-tamos si el Tractatus de miraculis de la Legenda Maior merezca ser catalogado comò una obra aparte con la sigla 3Bon. Y a propòsito del tema, parece que faltó un total acuerdo entre los mismos editores del volumen, pues no siempre adoptan las mis-mas siglas en las introducciones, comò se puede observar en la nota 19 de la pàgina 1452.

La diatramación de todo el volumen es bastante acertada y su presentación tipogràfica impecable. El volumen està enriquecido con un elenco bibliogràfico abundante pero a su vez bien seleccionado. Observando un estricto orden alfabè­tico, en él aparecen las indicaciones sobre las diversas fuentes y los estudios citados en las introducciones a cada fuente. El sistema adoptato para las citas a lo largo de la obra es claro y pràctico. La parte final del volumen trae un ìndice general sufi-cientemente pormenorizado que facilita la consulta ràpida.

Ademàs de las presentaciones de rigor al comienzo del volumen («Presenta­zione», «Premessa», «Avvertenza»), hay introducciones particulares para cada fuente o en algunos casos para grupos de ellas. Los estudiosos designados tratarono de guiarse por un derrotero comùn, previamente establecido, sobre el significado general de la obra y sobre los principales problemas histórico, filológicos, hagiogrà-ficos y literarios. En general se puede decir que los autores se muestran muy cautos frente a determinados problemas criticos todavia discutibles, comò los relacionados con las fuentes que alimentaron a cada obra o la fecha de composición de algunas de ellas. Tornando en su conjunto tales introduciones, el resultado no es muy ho-mogéneo, corno suele ocurrir en iniciativas de este tipo. Probablemente el elemento mas comùn a la mayoria de ellas es el enfoque desde la trasmisión del texto, lo cual se ve particularmente claro en las de Luigi Pellegrini y Enrico Menestò. Algunas de ellas ofrecen variantes en cuanto a la perspectiva metodologia y a los énfasis sobre el contenido. En algunos casos, comò ocurre en la introdución a los Opùsculos de Francisco hecha por Stanislao da Campagnola, parece que predomina el interés po­lèmico mas que la información del lector. No faltan también algunas incoherencias con las opciones metodológicas de la publicación, corno por ejemplo dar el tftulo de Legenda Perusina a una obra que en el volumen es llamada Compilatio Assisiensis (cf. pp. 1363, 1839).

No obstante las observaciones hechas, es evidente que estamos ante una obra de grande importancia, la cual se entiende mejor si se tiene en cuenta que ha sido publicada en el ocaso del siglo XX, caracterizado por el redescubrimiento de las fuentes franciscanas, la edición critica de la mayoria de ellas y la profundización de su estudio desde nuevas perspectivas metodológicas. La reunión de dichas fuentes en un solo volumen es, por tanto, una forma logica de clausurar este siglo y hasta se podrfa decir que el justo homenaje que se hace a tantos estudiosos que a lo largo de él llamaron la atención del mundo sobre las fuentes genuinas del franciscanismo y senalaron su puesto prioritario para el estudio de la historia y los ideales primi-genios de los albores franciscanos. Mirada comò la recolección y la salvaguardia del mas genuino patrimonio franciscano, la obra es a su vez una rica herencia para las mujeres y los hombres que durante el siglo XXI quieran conocer y prolongar en la historia los ideales y el carisma de Francisco y Clara de Asis.



 
 
 
 
 
 
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