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Recensione: THADDÉE MATURA, Francois d'Assise «Auteur spirìtuel». Le message de ses écrìts.

Deliberadamente el autor ha seguido un mètodo de trabajo intermedio entre la refinada tècnica exegética y la dementai sintesis de los resultados de un anàlisis. Se puede decir que sus anàlisis son puestos al alcance de todos sin que por elio pierdan solidez y profundidad; el resultado final es un estudio de fàcil lectura y de mejor comprensión. Uno de sus valores es precisamente la claridad de la exposi-ción, que ha sido una de las notas mas caracteristicas de los trabajos hechos por Matura. En los casos mas representativos el autor transcribe los textos, de los cua-les destaca los elementos mas importantes, segùn el tema que està tratando. A lo largo de todo el estudio hay un constante esfuerzo por poner al lector en contacto con el lenguaje de Francisco, particularmente partiendo de la frecuencia del voca-bulario y la afinidad de términos y expresiones; debido a las exigencias del mètodo adoptado, en casi todos estos casos los textos son tomados fuera de sus contextos. Sólo en pocas ocasiones se recurre al significado de las palabras en su contexto his-tórico y en menor proporción aùn a su significado etimològico.

Como es frecuente en este tipo de trabajos, la repetición de algunos textos re­sulta inevitable, debido no solamente a la naturaleza del tema desarrollado sino, so-bre todo, a la densidad que ordinariamente tienen los escritos de Francisco. De to-das maneras el autor se manifiesta comò un profundo conocedor de dichos escritos, que maneja con grande seguridad, frato de los muchos anos que ha dedicado a su estudio.

Una de las peculiaridades de este trabajo es que se basa exclusivamente en los opùsculos de Francisco. Creemos que la opción hecha por el autor en este sentido se justifica pienamente. Se basa en el principio que consagra el valor prioritario de los opùsculos de Francisco sobre las demàs fuentes franciscanas, puesto felizmente de relieve por Francesco Miccoli en los ùltimos anos, aunque ya habia sido aplicado y defendido con vigor especialmente por los franciscanistas de la escuela alemana. Se trata de un aporte tan fundamental para el estudio de los origenes del francis-canismo, que ha llegado a ser un principio casi intocable. No obstante, su aplica-ción en forma exclusiva, corno ocurre en este trabajo, no justifica en ningùn mo­mento la minusvaloración de otras fuentes primitivas corno las hagiogràficas que, a pesar de su compleja problemàtica, seguiràn siendo fuentes complementarias de primer orden; si los opùsculos de Francisco nos ofrecen su pensamiento y sus idea-les, las fuentes hagiogràficas nos presentan tales ideales puestos a fuego en la ex-periencia diaria, confrontados con la dura realidad de la vida, segùn la percepción que tuvieron de ellos sus contemporàneos, muchos de los cuales fueron compane-ros y testigos oculares. En este sentido las apreciaciones de Matura sobre dichas fuentes (cf. pp. 7; 18 ss.; 278) resultan un tanto subjetivas. Y a propòsito de las pri­mitivas biografias, conviene precisar que durante los primeros 40 anos después de la muerte de Francisco no solamente son conocidos Tomàs de Celano y Bonaven­tura comò autores de tres biografias (cf. pp 17-18) sino que es necesario hacer justicia al menos a Juliàn de Espira y a Enrique d'Avranches, y posiblemente también a fray Juan de Perusa, probable autor de la leyenda conocida comò el Anònimo de Penisa. Por su parte la llamada Leyenda de Perusa (Compilation de Asis) en su es-tado actual mal deberia ser clasificada entre las «biografias» de los primeros 40 afios.

A pesar de una cierta duda, el autor se decide por la clasificación de los escri-tos de Francisco en tres categorias: los proyectos de vida, los textos eucológicos y las cartas. Como ocurre en los diversos intentos de clasificación de los opùsculos del santo en varios grupos, la explicación particularizada resulta un poco tortuosa, dado que a la hora de la verdad hay varios de ellos que encuentran cabida al menos en dos de esas categorias, corno se da, por ejemplo, en la Regia no bulada (llamada todavia por el autor «primera Regia»), en la Carta a toda la Orden y en las Admo-niciones. Una cierta ambigiiedad se percibe también con relación a los destinatarios de la Carta a los Fieles, pues cuando el autor considera este documento corno uno de los inspiradores del seguimiento de Cristo, deduce que Francisco lo propone no corno un programa exclusivo para los hermanos menores sino comò un itinerario para todos los cristianos (pp. 218-219); no obstante, pocas pàginas mas addante (231 ss.) define a los destinatarios de la Carta corno una categoria de cristianos que viven en las estructuras normales de la sociedad, clérigos o laicos, hombres o mu-jeres, que han tornado la decisión de Uevar una vida segùn las exigencias de la con-versión evangèlica.

En el curso del trabajo Matura sabe senalar oportunamente las lagunas y los limites que presentan los escritos de Francisco con relación a ciertos aspectos im-portantes, por ejemplo, cuando subraya que ni siquiera en la Carta a los Fieles se hace la mas minima alusión a la familia y las relaciones que deben reinar dentro de ella, o cuando hace ver que algunos pasajes de los Escritos resultan de dificil com-prensión por su negativismo paulino-agustiniano frente a la persona humana, o cuando destaca que no se hace alusión a los misterios de la vida de Cristo, etc.

La tercera parte de la obra que lleva por titulo: «La vision de Francisco. In-terpretación - actualidad», es sumamente breve y vale en cuanto sintesis del trabajo precedente, pero se queda corta en cuanto a la reactualización del mensaje de Francisco, tarea tanto mas necesaria si se tiene en cuenta la tendencia del autor a presentar una espiritualidad de gran riqueza interior pero de escasas repercusiones externas.

Parece un tanto desproporcionado dedicar una parte del libro, la cuarta, a la bibliografia que, aunque selecta, es todavia incompleta y modesta en sus proporcio-nes. Téngase en cuenta que en el cuerpo de la obra el autor maneja los conceptos con una grande libertad pues, salvo cinco o seis casos, no cita està bibliografia ni dialoga con los diversos estudiosos. Tal procedimiento parece responder a una comprensible opción metodològica. En este caso habria sido muy de desear una bi­bliografia razonada, clasificada ahora si justificadamente comò una cuarta parte de la obra.

La ùltima observación se refiere a la necesidad que se siente, cuando se està ante una obra de està naturaleza, de disponer de un indice de las fuentes empleadas en ella. Està observación no es mas que una sugerencia para eventuales futuras edi-ciones y, unida a las anteriores, es una expresión del aprecio que nos merece el tra­bajo que nos ha entregado el hermano Thaddée. Si él tuvo el coraje de lanzarse corno pionero en el arriesgado campo de las sintesis, él mismo es consciente de que su obra puede ser completada, corregida y aùn criticada (cf. p. 278). De todas ma-neras, estamos ante una obra meritoria no solamente por haber abierto la brecha en el intento de sintetizar el pensamiento de Francisco a partir de sus opùsculos, sino por el enfoque de la misma y por el mètodo empleado.