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Recensione: DONALD A. HAGNER, Matthew 14-28

Este libro es la continuación del comentario iniciado por el mismo autor en el año 1993; evidentemente el anterior contenía los caps. 1-3, a los que precedía una amplia introducción sobre el conjunto del evangelio. Con esta obra concluye el comentario de Mateo. Procede otra vez con el mismo rigor y adopta la misma mo­dalidad en el estudio. Cada sección o capítulo comienza con la bibliografía perti­nente, sigue la traducción con notas de carácter textual, y a continuación se define la estructura y división, pasando inmediatamente al comentario del texto y se con­cluye con la síntesis teológica correspondiente.

Esta forma de presentación facilita y agiliza la lectura, pues hay que recordar que nos hallamos ante un comentario de notable amplitud. Hay que subrayar una bibliografía general al inicio, lo cual nos sitúa perfectamente en el horizonte exe-gético del evangelio de Mateo en los últimos tiempos. Tanto esta bibliografía como la indicada en cada sección ofrece al lector un cauce extenso de información que es muy útil. Sin embargo, esta amplia bibliografía no es citada puntualmente en el transcurso de la exposición; es decir, es un libro sin notas a pie de página, lo cual evidentemente dificulta un seguimiento de la presencia o menos de las fuentes anunciadas. Esta laguna contribuye a desconocer qué obras han sido usadas o in­cluso si han sido tenidas en cuenta las elencadas. Este factor infunde una cierto desconcierto, pues en determinados momentos se ignora si son interpretaciones del autor o sencillamente se ha servido de otras.

La división del comentario se limita prácticamente a seguir el curso de la lec­tura del texto; de hecho, no hay una enumeración de los capítulos. Gira en torno a los temas otorgados por el mismo texto. Así, se puede apreciar la confrontación con las autoridades religiosas (caps. 14-16), el anuncio de la pasión (caps. 16,21-17), el discurso comunitario (cap. 18), otra confrontación (caps. 19-20), los últimos días en Jerusalén (caps. 21-22), el discurso escatológico (caps. 24-25), y la historia de la pa­sión y resurrección (caps. 26-28).

Antes mencionábamos brevemente el tipo de procedimiento en cada sección. El autor comienza proporcionando la forma literaria de cada unidad en una mane­ra más bien concisa, deteniéndose más ampliamente sobre la estructura. Para iden­tificar ésta recurre constantemente a la tradición sinóptica, no dudando en ofrecer el texto griego, lo cual favorece descubrir las mismas intencionalidades. Puntual­mente señala los textos sinópticos, y esto posibilita al lector el contemplar las coin­cidencias y añadiduras mateanas. Este método ayuda a valorar el trabajo redaccio-nal del evangelista. Acto seguido para identificar la forma literaria se fija en todo momento en apoyos literarios; a esta sección sigue una valoración del hecho histó­rico, ya sea milagro o escenas de la predicación de Jesús. Delimitada la perícopa se pasa al comentario propiamente dicho, que prácticamente es una prolongación de la metodología empleada hasta ahora. Pero aquí se ayuda fundamentalmente en otros textos de Mateo, con lo cual se alcanza a ver el cauce redaccional del evan­gelio. Aquí ciertamente consigue sugerentes interpretaciones. Pero en este afán no se reduce al ámbito del evangelio, sino que al mismo tiempo alarga este horizonte lingüístico, englobando sus correspondencias con el AT, insistiendo de manera es­pecial en las coincidencias griegas de los LXX.

Las síntesis teológicas procuran destacar el aspecto simbólico de los milagros, no sin antes valorar su alcance histórico, y en las parábolas insiste igualmente en los diferentes niveles, ya sea identificando el mensaje histórico así como su incidencia en la iglesia primitiva. Esta misma técnica la emplea para los relatos de la pasión y resurrección.

Nos hallamos, pues, ante un comentario de tendencia literaria, que es útil para comprobar en primer lugar las sincronías terminológicas en el mismo evangelio y a su vez sus resonancias en relación al AT. Aquí radica su principal aportación, pero los análisis propiamente dichos son demasiado concisos, descansando casi exclusi­vamente sobre los apoyos de otros textos bíblicos, que sin lugar a duda ilustran el pensamiento en cuestión; el autor no aporta sugerencias propias, denotando en ciertos momentos rasgos de una lectio continua. En las síntesis teológicas su apor­tación no es muy significativa, teniendo en cuenta los estudios actuales sobre este evangelio. Esta valoración es extensiva a las secciones dedicadas a las delimitacio­nes de las estructuras literarias introductorias.

No obstante estas lagunas es un comentario que contribuye a un mayor cono­cimiento literario del evangelio de Mateo, que es necesario incorporar al estudio de dicho evangelio.