El Enchiridion Vaticanum no necesita ya de presentación; con su serie de volúmenes bilingües y todo un detalladísimo aparato de subsidios para la consulta (como índices particulares y generales, tanto de documentos como de su contenido) se ha convertido en un instrumento indispensable para cualesquiera estudios eclesiásticos que quieran tener en cuenta los documentos de la Santa Sede en nuestros tiempos.No es de extrañar que su difusión vaya mucho más allá de las fronteras italianas, habiendo alcanzado justamente una reconocida universalidad. Justamente - repito -: tanto por la precisión, como por la integridad con que da fácil acceso a cualesquiera documentos pontificios de cierto interés para la Iglesia de hoy.
El volumen presente, el 12° de la serie (aparte el SI de suplemento, insertado en la serie en el año 1990, y el de los índices generales para los años 1962-1987, publicado igualmente en el año 1990), comprende prácticamente dos tomos, como puede notarse por la doble serie de paginación arábiga.
En la primera serie (pp. 1-694) se publican, en la forma acostumbrada, y por tanto también con sus respectivos índices, los documentos de 1990: 23 en total. Ya el primero bastaría para mostrar la actualidad de estos textos: la Instrucción Potis-simum Institutioni de la Congregación para los institutos de vida consagrada y las sociedades de vida apostólica, del 2-2-90, sobre la formación en la vida religiosa (pp. 2-139). Pero hay también otros documentos de grande importancia eclesial, como la Constitución Sacri Cañones promulgando el Código canónico de las Iglesias Orientales (pp. 406-427), y la Encíclica Redemptoris Missio del 7-12-90 sobre la perenne validez del mandato misionero (pp. 488-623). Como muchas veces sucede con los documentos oficiales, también aquí se pueden percibir algunos ecos de los debates intraeclesiales en curso, como con la Instrucción Donum veritatis de la Congregación de la Doctrina de la Fe, del 24-5-90, sobre la vocación eclesial del teólogo (tratando de responder a la tensión que se sufre actualmente entre Magisterio y teología); y con la Carta apostólica del 29-6-90 a los religiosos y religiosas de América Latina con ocasión del 5° centenario de la evangelización del Nuevo Mundo.
La segunda serie, con sus 1092 pp., está ocupada por el Código de los Cánones de las Iglesias Orientales: el texto íntegro, al que sigue una presentación muy sucinta pero interesante sobre todo para cuantos no estamos familiarizados con el derecho de las Iglesias Orientales; como también un glosario de los términos típicos de mayor relieve y una sinopsis con la correspondencia (por cánones, en su orden respectivo) de este Código con el de Derecho Canónico (el occidental, para entender nos mejor). Se concluye obviamente con un índice analítico muy detallado de los temas propios del Código oriental (pp. 939-1091).