Larranaga Tomas ,
Recensione: E. Bermejo Cabrera, La proclamación de la Escritura en la Liturgia de Jerusalén. Estudio terminológico del « Itinerarium Egeriae » Jerusalem Franciscan Printing Press, (Collectio Maior n. 37 del Studium Biblicum Franciscanum),
in
Antonianum, 69/2-3 (1994) p. 396-397
.
Summary in Spanish:
No es fácil justificar un estudio monográfico sobre el célebre « Itinerario » de la peregrina Egeria con el apelo, frecuente en casos semejantes, a la falta de investigaciones previas sobre la obra; pues aquí mismo el elenco bibliográfico de estudios ya existentes cubre más de una docena de páginas densísimas (índice, también éste, de la meticulosidad con que el presente estudio ha sido desarrollado). Y sin embargo este estudio es realmente personal, y sin duda marca un paso importante hacia un conocimiento más profundo y sistemático del histórico documento y de su célebre autora en una de las facetas que, lejos de serle periférica, le es realmente consustancial: la faceta litúrgica, y ella a su vez centrada bien en una determinada perspectiva como se precisa en el título íntegro.
El P. Bermejo ha podido verse particularmente estimulado por la paternidad ibérica de la famosa peregrina que nos ha legado tantas noticias interesantes de cómo se desarrollaba la liturgia en los distintos santuarios de Jerusalén cuando ella los visitó con calma y con tan sorprendente atención, hacia fines del siglo IV. Pero lo importante y decisivo para el éxito del trabajo es que el autor, profesor de liturgia en la Custodia Franciscana de Tierra Santa desde 1983, ha podido integrar la profundidad de sus estudios litúrgicos en el Anselmianum de Roma con su experiencia personal de vida en la Iglesia de Jerusalén: detalle tanto más interesante para garantizar la calidad del estudio, cuanto así ha tenido el privilegio de contar en varios puntos (como se advierte en el libro, y lo afirma expresamente el autor) con un asesoramiento especialístico de primerísima categoría: el de varios investigadores con que la Orden Franciscana cuenta en su Estudio Bíblico de la Ciudad Santa, investigadores mundialmente reconocidos en sus respectivos campos.
La tesis repite hasta la saciedad la afirmación de Egeria sobre la liturgia de Jerusalén como « apta diei et loco »; pero no exagera en ello, porque en definitiva es esta indicación la que sirve incluso para estructurar lógicamente todo su material en cuatro capítulos: 1) Analiza en el cap. I los varios tipos y elementos de la sinaxis, que la atentísima peregrina observaba en la Iglesia de Jerusalén; el autor, conforme a su tema, examina particularmente el uso que, según Egeria, hacían de la Escritura para proclamar el contenido teológico de cada celebración. 2) Precisa luego, en el cap.II, el factor TIEMPO en las sinaxis según el desarrollo del año litúrgico y los varios momentos del día, notando siempre la selección de los textos bíblicos según las varias circunstancias del tiempo. 3) Igualmente, en el cap.III, examina la selección que se hacía de la Escritura según los varios LUGARES en que se celebraba la sinaxis en sus distintas formas; e identifica, con precisos estudios terminológicos, una serie de de OBJETOS peculiares que Egeria anota en las varias celebraciones litúrgicas. 4) Finalmente, en el cap. IV, precisa las peculiaridades litúrgicas de las distintas categorías de participantes en aquellas liturgias, en orden a su rol específico en la proclamación y explicación de la Sagrada Escritura: ante todo el obispo, y después los presbíteros, diáconos, etc. (A mí que estoy habituado a liturgias bilingües en el país vasco, donde muchas veces se ha de combinar el euskera con el castellano, me ha resultado simpático e interesante el detalle del obispo que en la Je-rusalén del siglo IV hablaba siempre en griego, pero, para quienes no entendían esta lengua, se hacía traducir al siríaco por medio de sacerdotes intérpretes: cf pp. 425 y 435). Al final de cada capítulo se inserta una Conclusión muy interesante de índole doctrinal, para sugerir sucintamente los enfoques teológico-litúrgicos que se pueden deducir de estos análisis.
De esta manera, estudiando meticulosamente estos testimonios históricos que nos dejó aquella famosa peregrina sobre la proclamación de la Sagrada Escritura como se hacía en las distintas celebraciones litúrgicas de Jerusalén, el P. Bermejo va evidenciando a lo largo de toda su larga y prolija tesis las leyes, normas o costumbres que regulaban aquellas liturgias.
El sentido de seriedad y precisión, que domina todo el estudio, se corrobora aun más con nada menos que seis índices conclusivos: uno de citas bíblicas, otro de citas del «Itinerario » de Egeria, el tercero de términos analizados en la obra, el cuarto de materias tratadas en el estudio, el quinto de autores citados y, finalmente, el índice general.
Me parece muy justo el juicio que le merece la obra al P. M. Auge cmf, del Pontificio Instituto Litúrgico de San Anselmo en Roma, al concluir la breve presentación que hace de ella (p. 9): « El trabajo de Bermejo merece una especial atención por lo que aporta al mejor conocimiento del contenido del documento de Egeria y por el método usado en el estudio del mismo »; y por consiguiente también - añado yo -por lo que positivamente ayuda a conocer mejor la liturgia de la antigua Iglesia de Jerusalén, y toda liturgia, sin más.
Ciertamente la obra merece esta atención! Pero también la necesita, al leerse; pues su redacción es muy técnica; y el continuo combinar la redacción castellana con frases o palabras latinas del original puede dificultar la lectura, comprometiendo el hilo del discurso.
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