El libro de Sauer es un « escrito de habilitación » presentado en la Universidad de Würzburg; tiene por tanto un carácter académico, lo que no debiera ser entendido de forma negativa, sino, al contrario, estamos ante un trabajo de gran rigor científico, que es resultado de un considerable esfuerzo de investigación.
Las 800 páginas de que se compone la obra se distribuyen del siguiente modo:
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Reconstrucción y análisis de la historia de la redacción de la « Dei Ver-bum » (hasta la p. 474), repasando la evolución de las tres redacciones, las revisiones y debates por parte de las comisiones y de las congregaciones, detallando las diversas líneas de tensión.
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Significado de la « Dei Verbum » como « progreso dogmático » (475-533), en cuanto que la experiencia se introduce como factor interpretativo de la revelación cristiana, que es texto e historia, palabra y vida.
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Profundización teológica en torno a los temas de la « verdad de la tradición » y el valor de la experiencia de fe (534-607): la tradición se verifica en la práctica pastoral de la Iglesia, que deviene ámbito de recepción de la revelación.
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Un apéndice que contiene los documentos originales que marcan la evolución del documento señalado (608-770).
El autor ha dado una forma narrativa a su repaso de la historia de la « Dei Verbum », en la que no faltan anécdotas y la referencia a los conflictos que marcan la trama de su laboriosa elaboración. El contraste entre A. Ottaviani y K. Rahner (508-533) es analizado aparte, en el contexto de la significación de ese documento: descubre el alcance de las transformaciones operadas; esa diferencia expresa la contraposición de dos líneas teológicas, dos concepciones de la revelación cristiana; para el autor se trata casi de un « cambio de paradigma » teológico.
La idea de fondo, más allá de la recopilación de material, del orden y la narración de los eventos, se centra en la reivindicación de la dimensión experiencial de la fe cristiana, que se proyecta en el acceso a la revelación. La revelación divina es concebida en clave más viveneial, algo más por tanto que un contenido fijo e inalterable o una verdad externa que viene dada como un texto. Al reivindicar la dimensión histórica de la misma se introduce en ella un elemento de vitalidad que la devuelve a los acontecimientos y experiencias de los creyentes, que se inserta en los « signos de los tiempos » y se muestra como verdad dinámica en la vida pastoral de la Iglesia. La teología de Rahner es el apoyo más eficaz para esa extensión de la idea de « revelación », que debe comprender el momento de la recepción del mensaje, al hombre que acoge ese don de Dios, integrándolo en el gran movimiento que va desde la voluntad divina de salvación hasta la realización de la misma en el acontecer humano; la comunicación salvífica no puede entenderse sin ese punto de llegada que es el creyente en cuanto integra el mensaje en su vida.
Hay que destacar también el estudio en el último capítulo de la componente experiencial en la recepción del texto revelado, y las citaziones de la filosofía de Kant y de A.N. Whitehead (595-607) en orden a dar una fundación más reflexiva a esa postura. Ahora bien, si se quiere profundizar en esa dirección, habría que afrontar también la cuestión de los límites de la experiencia en la interpretación del dato revelado, el difícil tema de la conjugación del elemento objetivo y el subjetivo, así como de la mediación eclesial. En ese sentido, las objeciones de H.U. von Bal-thasar vertidas en su obra Solo el amor es digno de fe, en cuanto que esa postura podría abocar en cierto « antropocentrismo », merecerían una consideración en cualquier profundización del tema. Pero esta no quisiera ser una crítica a la magnífica obra que reseño, sino sólo sugerencias para una posible prolongación del tema que trata, para lo que el autor ha mostrado estar altamente preparado.
