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Recensione: A. Huerga, Fray Luis de Granada. Una vida al servicio de la Iglesia

Que el dominico P. Granada sea uno de los autores espirituales más clási­cos del gran siglo XVI español, es bien sabido desde siempre. La novedad y el mérito de la presente obra estriba en que constituye la primera biografía com­pleta y crítica de aquella grande figura. Y lo muestra en la precisión con que Kxplota el abundante material histórico que ha usado.

A este valor de fondo se añade el de un estilo fácil, agradable y hasta suge­stivo. Resulta verdaderamente un placer leer la obra: muy en sintonía, estilí­sticamente, con la escritura castiza del gran maestro, cuyas palabras del resto pita literalmente con mucha frecuencia en una lograda simbiosis entre biógrafo I biografiado.

Verdaderamente tiempos recios, aquéllos! Y lo probó también el P. Graada en carne propria con una censura de la Inquisición en Valladolid, lo que buen hombre le arrancaría aquel célebre desahogo de su corazón herido haa el fondo: «Por Valladolid ni al cielo quisiera ir» (p. 157). Pero, por otrarte, también eran reales los riesgos de engaños pseudomísticos; y a la histo-ha pasado como un caso muy sintomático el de una famosa monja de presuntas llagas místicas, en cuya santidad había creído también el P. Granada (p.305), hasta que un buen lavado ante el tribunal de la Inquisición bastó para que las llagas milagrosas desaparecieran, con el consiguente escándalo general.

Personalmente quedo sorprendido de que, al referir la composición del tratado sobre la oración (pp. 109-116, y 176s), no desarrolle el tema histórico de su relación con el tratadito, también célebre, de S. Pedro de Alcántara.