Larranaga Tomas ,
Recensione: P.L. Berger, L'imperativo erético. Possibüitá contemporanee di affermazione religiosa,
in
Antonianum, 64/1 (1989) p. 204-205
.
Sommario in spagnolo:
El autor queda bien presentado en su personalidad de investigador: nos la explica G. de Nicoló en una introducción amplia y muy precisa (pp. 5-35), y el propio autor en una autobiografía de su prefacio (pp. 37-41). El reúne en sí dos filones de pensamiento: como candidato que fue a pastor protestante, conserva una preoccupación particular por la religión y la teología, con una orientación fundamentalmente liberal, vivida y expresada en el contexto norteamericano; y, como especialización científica, escogió y ha desarrollado la investigación sociológica. Resultado: varias obras, como la presente, sobre la religión en una línea que podríamos considerar socio-teológica.
Concretamente en esta obra el autor tiene presente la crisis específica que la modernidad ha provocado en la religión cristiana: crisis que él especifica como de secularización y de pluralismo, con creciente descrédito para todas las tradiciones religiosas.
Empieza por exponer este fenómeno de la modernidad; ahí explica el significado que él da al «imperativo herético», entendiendo la «herejía » en su significado etimológico de selección u upción ante varias posibilidades: aquí, en el sentido de que la modernidad impone al creyente un imperativo de optar entre diferentes interpretaciones y formas religiosas (c. I). Explicada luego la situación moderna de la religión, presenta tres opciones tipológicas como posibles para el pensamiento religioso en el pluralismo actual (c. II); opciones que luego desarrolla separadamente: 1) reafirmar la autoridad de la tradición frente a los desafíos que ahora se le hacen (c. III); 2) intentar un modo de modernizar la tradición, secularizándola (c. IV); 3) tratar de salvar, recuperándolas debidamente, las experiencias incorporadas en la tradición, que es la opción que el autor propugna (c. V).
La obra se concluye (c. IV) con una perspectiva que él cree será muy importante en un futuro próximo, para la teología y para todo el pensamiento religioso: una confrontación creciente del cristianesimo con las religiones del lejano Oriente, sobre todo con las de la India; la conexión que Jerusalen obró antiguamente con Atenas, habrá de operar en el futuro con Benarés...
Resulta interesante la lectura de la obra para el sentido de la religión en el contexto secularizado de hoy. Pero el título, por cuanto se explique el sentido etimológico del término «herético» (pp. 61-62), queda muy ambiguo.
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