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Recensione: B. Estrada Robles, O.S.A., « Los Agustinos Ermitaños en España hasta el siglo XIX»

Es un grande almacén de noticias interesantes sobre la historia de los Agustinos en España, donde la Orden llegó a tener un grande desarrollo, con su respectiva expansión en Hispanoamérica y en las Filipinas. Se divide en tres apartados generales.

En el I^o se aborda el largo espacio de siglos que va desde la unión de los varios grupos de ermitaños agustinos en una Orden Mendicante a mediados del siglo XIII, hasta la exclaustración, con el año 1834 como punto de referencia; en el 2° se estudia precisamente esta época de la exclaustración; y en el 3^o se describen los primeros pasos que en la segunda mitad del mismo siglo XIX se realizan para la restauración de la Orden en España.

Los datos están recogidos de otros estudios ya publicados; hay poco de investigación personal en los archivos:  tarea difícil ciertamente, pero

imprescindible. Aun así, no se puede menos de reconocer y alabar la ingente labor de recopilación que el autor ha realizado, con trabajo de varios años (alternándolo además con sus actividades en un colegio, según advierte).

El mismo autor reconoce que no ha logrado superar muchas dificul­tades de este estudio (p. 685). Y su sinceridad desarma al lector crítico. En realidad no puedo disimular una impresión general de que los materiales históricos no están suficientemente elaborados. El orden re­sulta muy atípico, con frecuentes retrocesos a siglos muy anteriores, debido a la distribución temática que hace de la historia. Esto resulta particularmente llamativo en la parte 2^a: con ocasión de la exclaustra­ción, presenta todos los datos que tiene sobre cada uno de los conven­tos, saltándose de nuevo por tanto a los siglos anteriores para sinte­tizar la historia de cada convento; así esta parte llega a ocupar por mucho el mayor espacio  de la obra  (pp.   197-603).

El estilo, además de prestarse a numerosas imprecisiones, a veces asume tonos personales, entre triunfalísticos y moralizantes, que no cuadran con una objetividad histórica. Otras veces no se ciñe lo bastante al proprio tema, ya harto amplio por sí; parece p.e. una digresión, por sus generalidades, lo que refiere sobre la enseñanza en España durante los siglos pasados por obra de los religiosos  (pp.  185-191).

Vale la conclusión del autor: «queda el camino abierto a los in­vestigadores para un trabajo más completo y más científico» (p. 685). Para lo cual precisamente sugiere pistas válidas el prologuista de la obra, L. Alvarez Gutiérrez  (pp. 7-18).