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Recensione: C. PIAÑA, II «Liber secretus iuris caesarei » dell'Vniversitá di Bologna, 1451-1500

Con este volumen se inicia la serie Orbis academicus, destinada a recoger textos y estudios de historia universitaria. El presente volumen contiene una edición y estudio del Liber secretus iuris caesarei (=  LS) de la Universidad de Bolonia desde el año 1451 hasta 1500. La época ante­rior del LS fue editada por A. Sorbelli en  1938-42. El texto del LS va acompañado de abundantes notas que ilustran, a base de los estatutos del Colegio de Doctores de Bolonia y de otras fuentes, cada uno de los temas que emergen del texto aquí editado. A esta edición del texto pre­cede un denso estudio de más de cien páginas, en el que se aporta copiosa luz sobre los siguientes temas: descripción de los códices en que se conser­va el LS y el Liber notarii (LN), los estatutos del Colegio de Doctores y las repeticiones jurídicas de 1487 a 1499, junto con nueva documentación sobre las lecturas de los escolares. Esta triple temática está muy relacio­nada con el contenido del LS. Este libro se llama secreto porque sólo podían verlo los  miembros   del  Colegio  de  Doctores.   A  dicho   Colegio competía, entre otras atribuciones, el examen de los escolares, cuyo resul­tado quedaba asentado en el LS. La normativa, por cierto meticulosa, que regía para estos exámenes, estaba recogida en los estatutos del mencio­nado Colegio de Doctores. De ahí que su conocimiento es esencial para la correcta inteligencia de las cláusulas de este libro.

El manuscrito en que se contiene el LS perteneció al Archivio Arcives-covile de Bolonia, y se conserva en el Archivio di Stato de la misma ciudad. Muchas omisiones del LS son suplidas por el LN y viceversa. Este tema aparece desarrollado ampliamente en esta introducción, con gran acopio de nuevos datos sobre numerosos escolares. Esto no significa que el LN haya sido cumplimentado con más diligencia que el LS. A veces sucede lo contrario. El LN no había sido tenido en cuenta hasta ahora. Su in­formación para el derecho civil comienza en 1483. Pero para el derecho canónico (aún inédito el LS correspondiente) se retrotrae al año 1431. Curiosamente, el LS es más indulgente que el LN, ya que en el primero aparece incluso el caso del que obtuvo más votos reprobatorios que aprobatorios, y, sin embargo, la intervención benévola del legato, del archidiácono o de otra autoridad inducía a la promoción: "licet mere-batur reproban, quia ignorantissimus; tamen contemplatione domini legati, qui eum recomisit doctoribus, fuit approbatus", se dice en 1461 a propósito de un cierto Arnaldo d'Agnani.

Los estatutos que aquí vienen en consideración, eran los del año 1397, que recibieron ulteriores complementos con el correr del tiempo. A base de estos estatutos se reconstruye el cuadro institucional del Co­legio de Doctores, sus componentes, sus competencias, requisitos, etc. También se aborda aquí el tema de los lectores en derecho civil, quienes formaban igualmente parte del mencionado Colegio. Este apartado se completa con la información emergente de esta documentación sobre los escolares del Estudio bolones y sobre los colegios universitarios, entre los cuales destacó simpre el de España. Incidentalmente también se ofre­cen aquí nuevos datos sobre otros personajes de alguna forma relacio­nados con Bolonia. Por cirto que entre ellos figura Juan de Torquemada, que no es "il celebre inquisitore" (como se dice en la p. 53), sino su tío. El inquisidor, por otra parte, se llamaba Tomás y no Juan. Finalmente, se expone nueva información sobre las repeticiones y lecturas de los esco­lares, como antes indiqué.

El volumen se cierra con veintiséis columnas de un cuidado índice de personas y lugares, que permiten rastrear la ingente información contenida en el presente volumen. Entre los escolares, figura más de medio centenar de hispanos. Curiosamente, aquí se complementan mutua­mente la informaciones del LS y el LN por un lado y la documentación del Colegio de España por otro. Esta última, como es sabido, fue objeto de la reciente publicación monográfica del Prof. Antonio Pérez Martín, bajo el título de Proles Aegidiana.

Por lo expuesto, resulta obvio que nos hallamos ante una obra de excepcional importancia, por su rico contenido, por el rigor y nitidez de su elaboración científica y por la exigente metodología utilizada. La excelente veste tipográfica de este libro y el exquisito gusto editorial con que se presenta corren parejos con la valía extraordinaria de esta obra, por la que me es grato felicitar tanto al autor como al director de la colección como al editor. Todos ellos son internacionalmente bien conocidos en la república de las letras, y no necesitan de mi presentación.