Vazquez Janeiro Isaac ,
Recensione: Homenaje a J. Ignacio Tellechea Idígoras (Boletín de estudios históricos sobre San Sebastián, 16-17) ,
in
Antonianum, 59/3-4 (1984) p. 684-686
.
Sommario in spagnolo:
Este « Homenaje » tiene una prehistoria del todo singular. Fue proyectado como homenaje « post mortem ». Y es que José Ignacio Tellechea Idígoras, en el vigor de sus cincuenta años apenas cumplidos, se moría, víctima de inexorable enfermedad; en el transcurso de varios meses, los médicos hubieron de intervenirle, en varias ocasiones, a vida o muerte, y más de una vez « apostaron las enfermeras a que no pasaba la noche o las tres de la tarde». Hasta uno de sus fervientes amigos llegó a escribirle una carta de despedida, que terminaba con estas palabras: « Buen viaje, Ignacio, en tu recta final ». Fue en estas circunstancias cuando el « Grupo Dr. Camino de historia donostiarra » comenzó a preparar este que tenía que ser homenaje postumo a quien, hasta entonces, había venido siendo su socio-fundador, su presidente y el director de sus colecciones científicas y de su publicación periódica intitulada Boletín de estudios históricos sobre San Sebastián.
Pero, afortunadamente, los sombríos pronósticos no se cumplieron. Tellechea se restableció — « resucitó », confiesan algunos testimonios —, y volvió a su puesto de trabajo, entre los suyos y los amigos. Diversamente de lo que sucedió a otro gran vasco — que, de joven, sintió también la vecindad de la muerte —, a Tellechea los largos meses de UVI no parece le hayan dejado el más mínimo « sentimiento trágico de la vida ». Comunicativo, exuberante, optimista, como siempre, aceptó el homenaje como un homenaje « a la vida»; y para purificarlo de aquel «cierto tufillo a muerto » de los comienzos, aceptó colaborar personalmente en él, redactando su propia « bibliografía », para ahorrar a otros » « muchas horas de búsqueda ».
Pasados, pues, el peligro y el miedo, queda ahora el recuerdo, evocado — «forsan et haec meminisse iuvabit» — en unas sentidas y galanas páginas en loa de Tellechea, que todos sus amigos hubiéramos querido firmar. Y queda este imponente Homenaje del Boletín de estudios históricos, en dos volúmenes de 1100 apretadas páginas con 61 estudios que van desde la etnografía y el arte hasta la historia medieval, moderna y contemporánea, en relación con San Sebastián, Guipúzcoa y el País Vasco. No es del caso presentar aquí cada uno de estos estudios, pero no puedo menos de destacar que todos ellos revisten, dentro del obligado marco local, variado interés temático y alta calidad científica. Están además editados esmeradamente por la Caja de Ahorros Municipal de San Sebastián.
El Tellechea festejado en estos dos volúmenes es primordialmente el escritor y promotor de trabajos de historia local donostiarra y del País Vasco en general. Pero Tellechea es también, y sobre todo, el historiador actual del siglo XVI español — de ese siglo que desfila, atemorizado, por el proceso del arzobispo Bartolomé Carranza — vinculado ineludiblemente al siglo XVI europeo. Por eso los historiadores de la Reforma y de la Contrarreforma se alegrarán de que Tellechea mismo haya trazado y publicado la lista de su inmensa y dispersa bibliografía: bibliografía fundamental no sólo para una Weltanschauung de todo el período sino también para una nueva valoración de personajes concretos como son, entre otros muchos, Juan de Valdés, Felipe Melanchton, Reginaldo Pole, Ignacio de Loyola, Miguel de Molinos, y no digamos B. Carranza. Se recogen en esta « bibliografía » (hasta 1983) los títulos de 41 volúmenes (sin incluir aquellos de los que Tellechea fue editor) y de 277 estudios científicos publicados en forma de artículos. Aunque si el A. considera su intento «prácticamente exhaustivo» (p. XLV), sin embargo ha eliminado de la lista los centenares de artículos periodísticos y las decenas de recensiones bibliográficas en varias revistas. Comprendemos que Tellechea — apenas convaleciente — se haya visto precisado a hacer esta selección. Pero sería muy oportuno que alguien — y brindo la idea a alguno de los animosos jóvenes del « Grupo Dr. Camino » — se decidiese algún día, no sólo a registrar bibliográficamente, sino también a reeditar en volumen aparte, para salvarlos de las aguas de Leteo, esos escritos cortos: hay en ellos — hablo por los que he visto — aquí y allí pertinentes puntuali-zaciones, sugerencias luminosas, mucha sapiencia humanística y siempre deleitable forma. Algo parecido cabría proponer respecto de conversaciones de Tellechea en mesas redondas o en simples sobremesas; ¡qué best-seller resultaría el volumen que recogiese esos limpios y sabrosos Tischreden! Desde estas páginas nos sumamos a este feliz Homenaje « a la vida » y deseamos al festejado que continúe caminando, es decir, abriendo nuevos caminos, con la andadura de siempre, y ad multos anuos!
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