Recio Alejandro ,
Recensione: AA.VV., La Gerusalemme celeste - Immagini della Gerusalemme celeste dal III al XIV secólo - Catalogo della mostra (Milano 1983) ,
in
Antonianum, 58/2-3 (1983) p. 497-500
.
Sommario in spagnolo:
Esta obra, publicada por « Vita e Pensiero » de la Universidad Católica de Milán, es fruto de un gran esfuerzo de colaboración entre profesores y alumnos de la «Scuola di Perfezionamento in Archeologia e Storia dell'Arte» del Departamento de ciencias religiosas de la misma Universidad. Se trata, pues, de un estudio rigurosamente científico en su investigación y de carácter interdisciplinar sobre un tema tan importante como es «La dimora di Dio con gli uomini» (Ap. 21,3) y que constituye el título de la obra.
El contenido de la misma viene claramente dividido en dos partes que se completan en este género de trabajos: estudios de tipo literario (pp. 31-144) y el Catálogo (pp. 145-230). Preceden a los primeros unas palabras preliminares del Cardenal C.M. Martini, el texto bíblico del Apocalipsis antes indicado, una introducción del profesor L.F. Pizzolato y la presentación de M. Luisa Gatti Perer, directora de la citada « Scuola di Perfezionamento ».
El tema: « Iconografía bíblica della Gerusalemme celeste » lo desarrolla G. Ravasi, profesor de exégesis del A.T. « La Gerusalemme celeste dell' "Apocalisse" nei Padri » lo trata la profesora de literatura antigua cristiana Clementina Mazzucco. El tercer estudio sobre « Indagini sullo spazio ecclesiale immagine della Gerusalemme celeste » es un trabajo de conjunto, realizado por A. Rovetta, en lo referente a la arquitectura paleocristiana de Oriente y Occidente y, en cuanto a la medieval y gótica, por M. Rossi. El tema último, de carácter iconográfico, es obra del capuchino A. Colli, ofreciéndonos una síntesis del desarrollo general de la iconografía de la Jerusalén celeste desde el siglo III al XIV, que será el esquema en que irá dividido el Catálogo.
Efectivamente éste, al que se le añade otro Catálogo sin reprodu-ciones ilustrativas, nos va presentando la celestial ciudad bajo diversas formas en códices, miniaturas, pintura, mosaico, escultura y artes menores. Así viene representada, como ciudad cuadrada o circular, en comentarios al Beato de Liébana (Santander) de varios códices y manuscritos sobre el Apocalipsis; como ciudad construida de piedras preciosas y de la que los apóstoles son fundamento y puerta, según erróneamente, a nuestro juicio, se la pretende ver en mosaicos y sarcófagos del arte basilical y sepulcral paleocristiano, para nosotros únicamente se da en la Rotonda de San Jorge de Tesalónica. El concepto apocalíptico, pero no de ciudad, comienza en los albores del siglo V — no lo reconocemos en el ábside romano de Sta. Pudenciana — en los mosaicos del arco triunfal de la basílica de S. Pablo, fachada de la del Vaticano y unos siglos más tarde en el arco absidal — no triunfal — de los SS. Cosme y Damián de Roma, en la fachada de la basílica de Parenzo, etc. Nos referimos a la escena de los 24 ancianos del Apocalipsis decorando también el arco absidal de la basílica de Sta. Prásedes de Roma. Es en ésta, en donde por primera vez, en los principios del siglo IX (817-824), en su arco triunfal la ciudad de la Jerusalén celeste en mosaico con un sentido nuevo de ciudad en la que tienen cabida Cristo — no como cordero —, ángeles, apóstoles, mártires y otros personajes de ambos Testamentos. El tema de los ancianos que va en el arco absidal, como el del « Agnus Dei », el de las figuras tetramorfas y el de los siete candelabros pasarán después al mismo espacio basilical, come sucede en el mosaico de Santa María la Mayor de Roma. Creemos que, tanto en la decoración musiva basilical como en la pintura y escultura, no hay que confundir el tema de la «Gerusalemme celeste» con otros conceptos relacionados con Cristo maestro, legislador y fundador de la Iglesia, de la que también son su fundamento los apóstoles. Igualmente hay que tener presente que en el arte paleocristiano juega un papel importante el simbolismo de las ovejas, del Cordero sobre el monte de los cuatro ríos, del colegio apostólico, reducido a veces a Pedro y Pablo. Dígase lo mismo de las personificaciones de las dos iglesias, estén representadas corno ciudades amuralladas o como dos señoras, con o sin atributos étnicos, acompañando al colegio apostólico o no. Esta temática, claramente eclesial y étnica, la encontramos también en algunos sarcófagos de Oriente y Occidente, según demostramos en un estudio que aparecerá en las Actas del X Congreso Internacional de Arqueología Cristiana celebrado en Tesalónica el año 1980.
Tal vez los que confeccionaron el catálogo de la exposición se dejaron llevar del concepto apocalíptico en mosaicos y sarcófagos paleocristianos, influenciados por los escritos de algunos autores sobradamente conocidos, como Y. Criste, J. Engemann, A. Grabar y otros, en el campo de la arqueología paleocristiana.
La publicación de este libro-catálogo ha venido a sumarse a los muchos trabajos sobre el tema apocalíptico que en estos últimos años se han dado a luz. Cito entre otros: las Actas del Simposio sobre los manuscritos del «Beatus » celebrado en Madrid, publicadas en Madrid en 1978; las Actas del coloquio de la Fundación Hardt publicadas por la Universidad de Genéve en 1979 y algunos estudios aparecidos en el número 30 (1982) de la revista « Cahiers Archéologiques ».
Completan la obra — además de un mapa y una planta de Roma — un abundante elenco bibliográfico de fuentes y autores y un índice de nombres y lugares en los que se indica si se conserva o existió alguna representación sobre la « Jerusalén celeste » bajo las formas antedichas, o también como escena del luicio final, como templo en el que el Cordero de Dios ocupa el centro e incluso como imagen de la Iglesia en camino.
Felicitamos a profesores y alumnos por haber ofrecido al público, de un modo científico y didáctico, esta obra de conjunto en la que han puesto todos sus esfuerzos que fueron coronados en la Exposición que, sobre el argumento, tuvo lugar en Milán del 20 de mayo al 5 de junio de 1983, con ocasión de la celebración del XX Congreso Eucarístico Nacional.
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