Manzano Isidoro ,
Recensione: NAUD J., Une Philosophie de l'imagination,
in
Antonianum, 56/2-3 (1981) p. 507-508
.
Sommario in spagnolo: Naud no es el primero que aborda el tema de la imaginación. El tema no es, pues, nuevo. Y no lo es tampoco en Filosofía. Por el contrario, se trata de un tema muy traído actualmente a la reflexión filosófica. Tratemos, pues, de repasar el contenido del libro y tratemos de entresacar su orientación fundamental.
En primer lugar, tratemos de ver en qué está el problema. Este le viene sugerido al autor por lo que yo llamaría la disgregación en la que vive el hombre: diversidad de opiniones, de orientaciones y de toma de posiciones en las que se debate el hombre y esto en todos los niveles y en todos sus quehaceres: filosófico, religioso, científico y modos de conducir su vida. De aquí la pregunta: ¿Hay algún lazo de unión y algún momento común dentro de la diversidad de estos universos, algún lazo dentro de la diversidad en un universo concreto y determinado?. El problema, pues, es un problema que pertenece a la Filosofía. Esta, en efecto, tiene como problema suyo fundamental pensar y reflexionar la unidad en la multiplicidad o la multiplicidad en la unidad. Ni el hombre ni la realidad puede estar en su hondón rota y disgregada. El autor quiere desarrollar una teoría en la que se encuentra el lazo de unión justamente en la Imaginación.
Para justificarlo el autor comienza por describir comprendiendo tres actitudes fundamentales y que constituyen al hombre: la actitud de transcendencia, la actitud de recogimiento y de intimidad y ia actitud a transformar. Estas tres actitudes que constituyen existencialmente al hombre son aquellas con las que el hombre se quiere poner en contacto con el mundo. Son actitudes con las que el hombre entra en contacto con el mundo. Pero, este encuentro con el mundo no puede ser más que de carácter simbólico. Estos temas son los desarrollados por el autor en el primer capítulo (p. 11-27).
En el segundo capítulo (p. 29-55) el autor irá describiendo la constitución de esas tres actitudes al contacto con el mundo tal como se da en el hombre religioso. Tratará de aprender la lógica interna y de constitución del mundo de los símbolos religiosos.
El capítulo tercero (p. 57-93) hará lo propio, esto es, el modo de constituirse esas tres actitudes fundamentales en los dominios de la sicología profunda o sicoanálisis. En concreto lo estudia en autores tan representativos como Freud, Maslow y Skinner. Cada uno de estos autores desarrollan respectivamente la dimensión y la actitud del recogimiento, de la transcendencia y de la producción transformante de la realidad.
El cuarto capítulo (p. 95-125) tratará de encontrar la unidad de esas actitudes como constitutivas del sujeto humano: éste tiene la capacidad de suscitar estas tres actitudes como diversas desde el trasfondo de su unidad originaria.
El quinto capítulo (p. 127-138) tratará de experimentar los resultados obtenidos aplicándolos al mundo religioso: los tres estilos diríamos, de concretizar la religiosidad: religiosidad de transcendencia, religiosidad de ensimismamiento, religiosidad operativa o creativa.
La unificación originaria, ontológico-existencial, encontrada en la analítica del sujeto humano, el autor trata de reencontrarla a nivel, diríamos, de la imaginación creadora de símbolos. El autor estudia esta unidad que anida en la creación de símbolos mediante un análisis del simbolismo puesto en obra por el niño en los juegos. Son los temas del capítulo sexto y último.
El libro no trae bibliografía especial (sí, en el transcurso de la exposición), está impreso muy bien y el pensamiento es claro y diáfano. Un buen libro que vale la pena leerse.
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