Vazquez Janeiro Isaac ,
Recensione: ENRIQUE LLAMAS MARTÍNEZ, Bartolomé de Torres teólogo y obispo de Cana¬rias. Una vida al servicio de la Iglesia ,
in
Antonianum, 56/4 (1981) p. 846-848
.
Summary in Spanish: Después que en 1940 el Dr. A. Temiño Sáiz, entonces profesor de teología en el Seminario metropolitano de Burgos, publicó parte de su tesis doctoral bajo el título Bartolomé Torres, teólogo. Contribución al estudio del Renacimiento teológico español del siglo XVI, no me atrevería yo a preguntar y responder como hace el autor de la monografía que ahora reseño: «¿ Podemos afirmar que Bartolomé de Torres es una figura desconocida en nuestros días? Creo que sí » (p. 19). Me parece, en cambio, más justo decir que nuestro teólogo estaba esperando una biografía moderna y amplia, puesto que los « varios datos » reunidos por el Dr. Temiño Sáiz no aspiraban a ser, según modesta confesión, « una biografía ni en sus más reducidas proporciones» (cf. Revista española de Teología 1 [1940-1941] 56). Pues bien, esa biografía que Torres se estaba esperando y mereciendo nos la ofrece ahora el prof. salmantino E. Llamas Martínez.
Trátase, en efecto, de un estudio biobibliográfico muy serio, documentado con abundante material de primera mano y presentado en elegante forma literaria. Encuadrándolo cronológicamente entre el 1512 (!) y el 2-2-1568, el Dr. Llamas estudia en seis capítulos a su biografiado burgalés a través de sus avatares existenciales y en su genio y figura desde la cuna hasta la sepultura: natural de Revilla-Vallejera, estudiante de artes y teología, discípulo de F. de Vitoria, profesor de cétedras cursorias en Salamanca, catedrático de prima de teología en la Universidad de Sigüenza, miembro del cabildo catedralicio de esta diócesis, teólogo de Felipe II en su viaje a Inglaterra, amigo entrañable y defensor acérrimo de la naciente Compañía de Jesús y, finalmente, obispo de Canarias. En el cap. VI analiza sus obras teológicas impresas (la única que lo fue en vida se intitula Commentaria in decem et septem quaestiones Primae Partís sancti Thomae, Compluti 1567), sus obras inéditas y perdidas, el Epistolario y los Sermones. La obra concluye con un apéndice de 17 documentos y un buen índice de nombres.
Torres ocupó la cátedra de Escoto en Salamanca durante cuatro años (1453-1547); el mismo Llamas volvió a tratar de la posición de Torres en relación con el escotismo en el reciente Congreso Internacional Escotista de Salamanca. Esperamos la publicación de su interesante ponencia.
Se sabe que Torres en 1527 estaba en Salamanca, en donde conoció por primera vez a San Ignacio de Loyola; continuaba allí en 1528 y 1529 (pp. 52, 55); dada su temprana edad, debía estar estudiando Humanidades. Se sabe también que en 1534, o a más tardar en 1535, era alumno de Teología también en Salamanca (p. 61). Antes de la Teología tuvo que estudiar cuatro años de Artes o Filosofía, por tanto de 1530 a 1534. Pero, ¿en dónde? He aquí un bache en el itinerario biográfico de Torres, no colmado ni iluminado por el más mínimo indicio documental o bibliográfico. Es cierto que en ese periodo figura estudiando Artes en Alcalá un Bartolomé de Torres o de la Torre; pero también es cierto que en el registro de matrículas de la Universidad ese alumno aparece unas veces vinculado a la diócesis de Palencia y otras veces sin vinculación a alguna diócesis o ciudad. Llamas en el cap. II, que intitula «¿Bartolomé de Torres en Alcalá?», recoge estos datos y se los aplica a su biografiado, pero advír-tiendo al lector al mismo tiempo, con suma honradez, que se trata de una hipótesis que tanto puede ser « una trampa para el historiador», como «una vía que nos lleve a buen resultado » (p. 57). Pues bien, tengo el placer de poder decirle al amigo y colega E. Llamas que su hipótesis no fue trampa (como no tiene porque serlo nunca toda hipótesis razonable y razonada), sino vía para la prueba documental que confirma positiva y definitivamente su hipótesis. En efecto, B. Torres «estudió en esta Universidad [de Alcalá] quatro años Artes », según él mismo afirma en una declaración jurada del 15 de febrero de 1567 y ratificada dos días después, en vísperas de abandonar para siempre la península e irse a su obispado de Canarias, en donde encontrará la muerte antes de un año. A la luz de este precioso testamento biográfico — que será publicado próximamente — se pueden confirmar, matizar y ampliar los muchos datos biográficos allegados pacientemente en esta biografía modelo.
Con biografías como ésta se tendrá una base amplia y segura para escribir algún día la historia de la restauración de la teología española en el siglo XVI.
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