Vazquez Janeiro Isaac ,
Recensione: CANTELAR RODRÍGUEZ F., Colección sinodal « Lamberto de Echeverría ». Catálogo ,
in
Antonianum, 55/3 (1980) p. 526-528
.
Summary in Spanish: Dos cosas hay que destacar en esta reseña: la Colección sinodal y el Catálogo de la misma. La Colección es obra estrictamente persona! del cultísimo sacerdote Don Lamberto de Echeverría, actual catedrático de Derecho en las dos Universidades de Salamanca y director del Instituto San Raimundo de Peñafort y de la Revista Española de Derecho Canónico. Al iniciar su profesorado salmantino en 1945, Don Lamberto tuvo la feliz idea de comenzar a reunir sínodos diocesanos, antiguos y modernos; desde entonces sus desvelos y desembolsos no conocieron reposo: 9 sínodos en 1946; 72, en 1947; 71, en 1948..., y así cada año en variadas proporciones; la idea inicial se alargó pronto a los concilios particulares (provinciales, plenarios) y más tarde a las decisiones de otros organismos eclesiásticos similares, conferencias episcopales, supranacionales, etc. En el mes de enero de 1980, la Colección contaba con la friolera de 1.156 constituciones sinodales y otras piezas relacionadas con ellas; están representadas diócesis de las cinco partes del mundo; y, cronológicamente, estas piezas recogen 26 sínodos de la Antigüedad, 54 de la Alta Edad Media, 267 anteriores a Trento, 408 entre el Concilio de Trento y el CJC de 1918, 376 desde esta fecha hasta el Vaticano II, y 25 posteriores al Vaticano II. Hay piezas que constituyen verdaderas rarezas bibliográficas. Trátase, como se ve, de un caso, más que raro, único, de colecciones de derecho particular de la Iglesia. A este punto, Don Lamberto se preguntó: ¿ qué hacer con esta Collec-ción? Y tuvo, también esta vez, otra idea feliz. Haciendo honor, sin duda, al lema familiar (que figura en su « ex-libris ») que dice, en vasco, « On zarra echeberrian », y que en romance significa « lo bueno viejo, en la casa nueva », buscó nueva casa para su magnífica Colección, haciendo entrega de la misma a la Universidad Pontificia de Salamanca.
La Minerva del Tormes, desde el primer momento, se mostró digna del legado que recibía, haciendo redactar el Catálogo que ahora tengo el placer de presentar. La iniciativa no podía ser más oportuna, pues, como bien dice el prologuista Antonio García y García, « sin el presente Catálogo, la Colección sería un gran tesoro, pero un tesoro escondido » (p. 15); en cambio, con este Catálogo a la vista, serán muchos los que podrán beneficiarse de sus inconmensurables riquezas.
Obra de un especialista, como es el Dr. Cantelar Rodríguez, este Catálogo se presenta con una técnica y una estructura impecables; bien puede ponerse como modelo para trabajos de este género. Los sínodos y concilios se catalogan por el nombre vulgar del lugar donde se celebraron, y no por ¡tí de la diócesis correspondiente; así, por ej., el n. 1085 recoge, s.v. Zamora, un sínodo perteneciente a la diócesis de Santiago de Compostela; sin em-jbargo, un oportuno sistema de reenvíos evita todo peligro de confusión o despiste. Cada ficha abarca, si el caso lo permite, cuatro bloques: el primero, destinado al título, comprende, además del nombre vulgar del lugar, como queda dicho, el mismo nombre en latín y la indicación de la índole de la pieza y del año, también en latín; el segundo bloque presenta la transcripción literal de la portada del libro; el tercero, la descripción tipográfica y otras notas; el cuarto, en fin, ofrece la descripción más detallada del contenido del libro, datos cronológicos e históricos del sínodo correspondiente, etc. Entre las notas consignadas en el bloque tercero, las hay que revisten marcado sabor humanístico y especial interés para los bibliófilos: lugar y entidad de procedencia de cada ejemplar, fecha de entrada en la Colección, importe de la compra o nombre del donante; en cuanto a este último detalle, advierto que al Dr. Cantelar se le pasó la mención del donante (que por el índice sabemos ser él mismo) de las piezas de los nn. 258, 282, 1084-1086; ¡ andar en humildad, decía Santa Teresa, es andar en verdad!
Con esta riqueza de detalles, el Dr. Cantelar no sólo cumplió sobradamente con su finalidad primaria, que fue la de darnos a conocer las diversas piezas de la Colección, sino que, pasando más adelante, pudo también completar y corregir no pocas informaciones que circulan en libros dedicados a la investigación y edición de sínodos, como son, por ej., los de C. Munier, S. Da Nadro, L. Ferrer, J.T. Sawicki.
El Catálogo se cierra con tres preciosos índices, de personas, de donantes, y de sínodos por orden cronológico; y se abre con la fotografía y i «ex-libris» de Don Lamberto, continuando luego con el prólogo del irof. A. García y con la « historia de la Colección », narrada con sencillez con su habitual humorismo por el Fundador de la Colección.
Honrar, honra. Pero también obliga. En este precedente, sin prece-ientes, parece ser que la Universidad Pontificia salmantina ve un estí-nulo y, a la vez, un deber: el de proseguir la iniciativa de Don Lamberto hasta completar toda la legislación sinodal a través de los siglos y de los diversos países. Por de pronto, mientras este Catálogo entraba en prensa, >tros 50 sínodos estaban ya pedidos; en breve, también entrarán todos )s sínodos hispánicos hasta Trento en la edición crítica que, con el título de Synodicum hispanum, dirige el prof. García; los modernos sistemas de reproducción fotostática hacen perfectamente realizable la empresa para los restantes.
|