Armijos Jorge ,
Recensione: TOMÁS RINCÓN-PÉREZ, Relaciones de justicia y ámbitos de libertad en la Iglesia. Nuevos perfiles de la ley canónica {diversas manifestaciones canónicas). ,
in
Antonianum, 73/1 (1998) p. 204-206
.
Sommario in spagnolo: El conocido autor de esta y muchas otras obras jurídico-canónicas, recoge en la presente obra una serie ordenada de importantes artículos canónicos, todos relacionados con el imperativo de actualizar el orden de justicia intraeclesial querido por el mismo Cristo, al fundar su Iglesia. Esta Iglesia, en cuanto comunidad espiritual y visible de creyentes necesita de normas que le ayuden a ejercer debidamente la misión que Cristo le confió, de modo que las relaciones mutuas de los fieles se desenvuelvan dentro de una auténtica justicia fundada en la caridad. Esto hace posible vivir en la concordia y en la verdadera libertad de los hijos de Dios. Pues el derecho sustenta el ejercicio pastoral de la Iglesia, estimulando, promoviendo, protegiendo y defendiendo el ejercicio de la verdadera libertad de los fieles. Las normas en la Iglesia no buscan sino reconocer y tutelar los derechos subjetivos, sobre todo en el ejercicio de la potestad sagrada y en la administración de los sacramentos.
La obra esta dividida en tres grandes capítulos, I: Funciones del derecho canónico; II: Los postulados de justicia y libertad en el ámbito de la función santifi-cadora de la Iglesia; III: Los postulados de justicia y libertad en relación con los estatutos personales de clérigos y fieles laicos. En el primero (pp. 21-66), partiendo de las relaciones entre ley canónica y conciencia cristiana, el autor va señalando con viva claridad jurídica el ámbito propio de la moral y el derecho, para demostrar que la obligación moral es inherente a toda norma canónica, cuyo fundamento es el mismo lus divinum expresado a través del Ius ecclesiae. Quien posee un verdadero sensus Ecclesiae, comprende que la actividad legislativa de la Iglesia lejos de oponerse a la libertad, al ejercicio de los carismas y a la pastoral, los favorece, sustenta, defiende y ordena, según la voluntad constitutiva de su Fundador. Sin embargo, no faltan quienes en nombre de una mal entendida libertad, pretenden excederse en un activismo pastoral, sin orden ni obediencia, y miran con antipatía todo lo que es norma en la Iglesia. Estos, de las llamadas crisis de obediencia suelen pasar con frecuencia al cansancio y al abandono de la causa.
En el segundo capítulo (pp. 91-218), el autor destaca los dos grandes ministerios en los que se centra la actividad pastoral de la Iglesia: Palabra de Dios y Sacramentos. Pues, la Iglesia en su empeño por realizar una eficaz función santifica-dora en beneficio de todos los fieles, no sólo cumple un deber de caridad sino también en muchos casos un verdadero deber de justicia correlativo al derecho fundamental que todo fiel tiene de recibir los bienes espirituales por parte de sus pastores. Dentro de la administración de la Palabra (Liturgia) y de los sacramentos, es necesario armonizar las relaciones entre deberes-derechos de los pastores y deberes-derechos de los fieles, a fin de que todo concurra dentro de la justicia pastoral motivada por la caridad. El amor a la justicia por parte de los pastores, en su tarea de ser dispensadores de los bienes salvíficos, evitará la injusticia que comportan ciertas actitudes intraeclesiales, como la denegación injustificada de un sacramento, o la lesión de otros derechos fundamentales de los fieles.
Dentro del tercer capítulo (pp. 219-377), el autor aborda con notable orden y nitidez tanto el problema de la formación sacerdotal inicial y permanente como la necesidad de la formación espiritual del sacerdote diocesano. Todo ello, al mismo tiempo que dispone al sacerdote a ofrecer un mejor servicio al Pueblo de Dios, también le ayuda a satisfacer un deber-derecho debido en justicia al rebaño encomendado. Se trata de una ordenada reflexión canónica a la luz de la Exh. Ap. Pastores dabo vobis, en la cual el Papa actual considera con detenimiento estos aspectos. Luego, reflexionando a la luz de la Exh. Ap. Christifideles laici, el autor muestra que la participación de los fieles laicos en la función santificadora de la Iglesia debe realizarse evitando una cierta clericalización de los laicos por parte de los pastores, y, tratando y ordenando según Dios, los asuntos temporales por parte de los fieles laicos. Por último, presenta un interesante comentario a una respuesta auténtica del C. P. para la interpretación de los Textos Legislativos, en torno al servicio al altar de las mujeres.
El autor afronta con gran precisión y fundamento muchos problemas de fondo, ofreciendo al mismo tiempo las oportunas soluciones, dentro de una considerable síntesis teológico-canónico-pastoral. A esto se añade las competentes acotaciones y comentarios a algunos documentos del Magisterio de la Iglesia, para ilustrar mejor la ciencia canónica que está íntimamente relacionada con la pastoral. La obra suscita y motiva el interés del lector por las materias allí abordadas con claridad y precisión de lenguaje. En ella se encuentran las sugerencias más viables en orden a realizar la justicia pastoral, armonizando derechos y deberes entre pastores y fieles. La obra es de notable valor y aconsejable no sólo para los pastores sino también para los fieles laicos.
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