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Recensione: Arturo Llin Cháfer, Sacerdocio y ministerio. Estudio histórico-teológico sobre el sa-cerdocio ministerial en Santo Tomás de Villanueva

 
 
 
Foto Larranaga Tomas , Recensione: Arturo Llin Cháfer, Sacerdocio y ministerio. Estudio histórico-teológico sobre el sa-cerdocio ministerial en Santo Tomás de Villanueva , in Antonianum, 71/1 (1996) p. 135-136 .

Sto. Tomás de Villanueva (1486-1555), religioso de los Ermitaños de San Agus­tín, predicador y consejero espiritual del emperador Carlos V y arzobispo de Valen­cia desde 1544, fue una de las grandes figuras de la Iglesia en el siglo de oro de Espa­ña; preparado teológicamente en la universidad de Alcalá fundada de reciente por el Cardenal Cisneros, anticipó con su vida, su doctrina y su acción pastoral orientacio­nes importantes para la reforma del clero como hubo de decretar el concilio de Tren­to, en el que el santo, no habiendo podido participar personalmente por sus acha­ques, influyó enviando un famoso Memorial que fue tenido en cuenta por los Padres conciliares.

La presente obra es una tesis doctoral de teología espiritual; tesis preparada con mucha documentación, recurriendo incluso a numerosas fuentes manuscritas; el elenco bibliográfico es muy amplio y preciso (pp. 8-35). Después de una Parte I que en forma muy sumaria recompone toda la cronología biográfica del santo (solo en las pp. 45-69), el estudio propio del tema se desarrolla ampliamente en otras dos partes, en las que analiza: Io) el sacerdocio ministerial en la vida del santo, para lo que prácticamente realiza una síntesis de toda su biografía, desde la infancia (pp. 71-185); 2o) el sacerdocio ministerial en los sermones del mismo, ya que no escribió ningún tratado sobre ello; se añade un capítulo complementario examinando el te­ma en el Sínodo diocesano que celebró, y en el memorial que envió al concilio de Trento (pp. 187-353).

Eran tiempos muy distintos de los actuales, idesde luego! Basten unos botones de muestra: en una región como Valencia, intensamente dividida entonces con la presencia de numerosos moriscos « convertidos » al cristianismo solo en aparien­cia, había a la sazón unos cinco clérigos por cada mil habitantes (p. 137), pero mu­chos de ellos asumían esta condición solo para medrar social y económicamente, en una situación oficial de « cristiandad ». El mismo santo, contra el gobernador de Valencia que a un subdiácono, que era al mismo tiempo canónigo de la catedral, había osado meterlo en la cárcel porque en una reyerta había apuñalado a un al­guacil del gobernador, puso en entredicho a toda la ciudad hasta que se pusiera en libertad al canónigo (p. 64). Eran tiempos en que las parroquias llevaban registro de la asistencia a la Misa dominical y del cumplimiento pascual para controlar a ca­da uno de los fieles, pudiendo ser multadas las infracciones (p. 138). Pero por otra parte durante los cien años anteriores al pontificado de nuestro santo, los obispos titulares de Valencia apenas nunca habían residido en la diócesis rigiéndola solo per medio de representantes. En un tal contexto, la figura de Sto. Tomás de Villa-nueva descuella con maravilloso esplendor, aunque por lo demás su doctrina no presente originalidad peculiar sobre el sacerdocio. Es su talla de eclesiástico íntegro y ejemplar, que cuenta! (algo así como S.Carlos Borromeo en Milán algún decenio más tarde). Imbuido en el humanismo renacentista del tiempo, lo integró con el fervor religioso con el que el citado Cardenal Cisneros había sabido impregnar su Universidad Complutense, de la que Sto. Tomás fue precisamente uno de los pri­meros y más prestigiosos alumnos.

La tesis refleja objetivamente este significado histórico del santo, encuadrán­dolo muy bien en el movimiento español de reforma eclesiástica que precedió brillantemente a la reforma tridentina.