Oviedo Lluis ,
Recensione: OLIVIER. BUAER – FELIX MOSER, Les Églises au risque de la visibilité,
in
Antonianum, 78/1 (2003) p. 380-382
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Sumario en español:
Es de gran interés que las iglesias particulares empiecen a interrogarse por el tema de la “visibilidad”; lo es más aún – si cabe – que lo hagan iglesias de la tradición reformada, quizás menos inclinadas – históricamente – a acentuar dicha dimensión, y a referirse más a la “Iglesia invisible”. Lo cierto es que las circunstancias actuales nos obligan a revisar los aspectos más concretos del ser iglesia, en medio de la crisis que vive la denominada “religión de iglesia”, como consecuencia de la secularización y de la pérdida, o bien, del uso desvirtuado, de las imágenes y símbolos religiosos que conoce nuestra cultura.
Un amplio grupo de carácter interdisciplinar y ecuménico ha afrontado, por iniciativa del Instituto de Pastoral de Lausanne, algunos de los aspectos de la visibilidad del cristianismo y su impacto cultural en nuestro tiempo. En total son 15 autores, entre los que se cuentan biblistas, teólogos, especialistas en semiótica, marketing, pastoralistas... Las intervenciones son bastante variadas y denotan un cierto índice de pluralismo; van de los análisis bíblicos y teológicos hasta los aspectos más “técnicos” y culturales del tema.
Se puede decir que la publicación recoge “un poco de todo”. En principio se encuentran reflexiones de carácter bíblico y teológico en torno a la cuestión de la visibilidad, o sobre cuál sea su justa comprensión en las iglesias cristianas. Otros artículos recogidos rastrean algunas manifestaciones de lo religioso en medio de la cultura secular, para releer su significado en unas claves distintas a las que marcaron el origen de dichos símbolos. Su interés estriba en mostrar la persistencia, incluso en campos bastante ajenos al religioso, de la simbología cristiana. Por otro lado se ofrece una revisión interesante del tratamiento en la prensa suiza de noticias religiosas (curiosamente, parece que la católica es la iglesia que recibe más atención, lo que no significa que sea la más visible). Otros análisis se refieren a las campañas publicitarias de algunas iglesias para recavar afiliaciones y fondos; se aplica el método semiótico y se ponen de manifiesto algunos de los déficits y de las paradojas típicas de dicha estrategia comunicativa, que se sirve de signos ajenos para transmitir mensajes eclesiales.
Un par de trabajos se ocupan de los edificios religiosos, o de los templos, una de las realidades más visibles de la presencia eclesial; en ambos casos se pone de manifiesto la tendencia presente de rebajar el nivel de sacralidad y su carga simbólica (son autores protestantes); la visibilidad parece debe ser desplazada a otros niveles donde se juega más la oferta propia de sentido cristiano.
Otro par de artículos se refieren a los “ministros”, otra de las manifestaciones visibles de la iglesia. Son interesantes los análisis propuestos en torno a las transformaciones de su identidad, y de las expectativas que aún despiertan; llama también la atención el contraste entre la perspectiva reformada y la católica a ese respecto.
Uno de los artículos que encuentro más sugestivo lo firma no un teólogo o un pastor, sino un profesor de “management”, y se ocupa de la situación de las iglesias ante un ambiente cada vez más dominado por la mentalidad de mercado. Son varios los interrogantes y también las propuestas que hacen pensar en un sano y necesario replanteamiento de las relaciones entre las iglesias y las sociedades en las que se inscriben, donde valen seguramente unas reglas muy distintas a las del pasado, y donde se debe luchar cada vez más para reivindicar el valor de la propia oferta.
El lector encontrará esta colección de ensayos muy estimulante y rica de provocaciones. Su carácter plural, en el que no faltan posturas claramente opuestas, obliga a tomar posición y a probar en el campo práctico las diversas estrategias propuestas, a la espera de verificación. En todo caso nos encontramos en una situación de “trabajo en progreso”, que apenas se ha iniciado y debe ser mucho más profundizado. Surgen algunas dudas, en especial cuando el recensor es católico, y contempla el balance entre lo sagrado y lo profano de forma distinta, en especial ante los riesgos de la secularización.
Lo cierto es que muchos estábamos esperando obras y estudios sobre el tema de la “visibilidad eclesial”, tras una larga estación en la que parecía que esa dimensión era la menos interesante de la vida cristiana. Nuestros colegas del Instituto de Pastoral de la Suiza latina, han tenido el innegable mérito de salir al paso de un tema de gran actualidad y de realizar algunas propuestas de interés y útiles para teólogos y pastores. Es hora de hacer un planteamiento riguroso e interdisciplinar sobre la Iglesia y sus mediaciones visibles, si se quiere devolver realismo, y por tanto, eficiencia, a su labor evangelizadora y pastoral.
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