Lavilla Martin Miguel Angel ,
Recensione: FERNANDO URIBE, Introducción a las hagiografías de San Francisco y Santa Clara de Asís (siglos XIII y XIV) ,
in
Antonianum, 75/1 (2000) p. 175-178
.
Sumario en español:
El profesor Fernando Uribe ha conseguido el objetivo que se había propuesto con esta obra: ofrecer al lector, reunidos y ordenados, los datos fundamentales sobre las fuentes hagiográficas de los siglos XIII y XIV sobre san Francisco y santa Clara de Asís, facilitándole así su lectura, análisis y, eventualmente, su ulterior investigación (cf. pp. 7-8).
Y ha logrado su propósito con creces, presentando un estudio completo, claro, sintético y sugerente, que supera en muchos aspectos su libro sobre este mismo tema publicado en 1996 (“Pro manuscripto”, PAA, Roma), embrión de la obra que ahora comentamos.
El estudio es completo tanto por el gran número de fuentes hagiográficas presentadas como por la manera de introducir al lector en ellas. El índice general del libro atestigua como en éste se recogen todos los documentos hagiográficos escritos sobre san Francisco y santa Clara durante los siglos XIII y XIV.
La obra, tras el prefacio, se abre con una introducción general en dos partes: la primera ofrece una excelente síntesis de la “cuestión franciscana” (pp. 19-47) y la segunda presenta los datos básicos sobre la ubicación de la primitiva hagiografía franciscana en el contexto de la hagiografía de su tiempo (pp. 47-64). Merece mencionarse esta introducción, pues, por una parte, facilita la comprensión de la “cuestión franciscana”, asunto enrevesado, árido y complejo, cuya naturaleza y proceso histórico expone el Autor de manera ordenada, clara y sintética; y, por otra, introduce en las fuentes estudiadas a lo largo de la obra. Dado el carácter introductivo de su estudio, el Autor no ha podido explayarse más en la segunda parte; aun así, ofrece en ella los datos esenciales para situar adecuadamente la primitiva hagiografía franciscana en la historia de la literatura hagiográfica.
Sin pretender restar méritos a la introducción, pensamos que, por lógica, el orden de las dos partes mencionadas debería haber sido el inverso, tratando en primer lugar la contextualización de la primitiva hagiografía franciscana, para analizar después su problemática.
Los documentos hagiográficos estudiados, siguiendo el orden de los capítulos de la obra, son los siguientes:
Toda la obra hagiográfica de Tomás de Celano referente a san Francisco: Vita prima, Legenda ad usum chori, Vita secunda y Tractatus de miraculis (capítulo 1º, pp. 65-128).
“La primera producción hagiográfica posterior a la Vita prima de Tomás de Celano”: el Officium Rhythmicum y la Vita sancti Francisci de Julián de Espira, la “Leyenda versificada” de Enrique d’Avranches y siete leyendas menores, entre ellas la “Leyenda litúrgica del Breviario minorítico del Vaticano”, la “Leyenda litúrgica antigua de la Orden de los Hermanos Predicadores”, la “Leyenda coral de Chartres” y la “Leyenda coral umbra” (capítulo 2º, pp. 129-169).
El Anonymus Perusinus (capítulo 3º, pp. 171-189).
La Legenda Trium Sociorum (capítulo 4º, pp. 191-221).
La Legenda Maior y la Legenda Minor de san Buenaventura (capitulo 5º, pp. 223-261).
La Compilatio Assisiensis y otras compilaciones semejantes: “Compilación de Avignon”, “Speculum Lemmens”, “Manuscrito Little”, “Manuscrito de Upsala” (capítulo 6º, pp. 263-319).
El Speculum Perfectionis (capítulo 7º, pp. 321-346).
El capítulo 8º (pp. 347-394), bajo el epígrafe: “Fuentes hagiográficas menores sobre san Francisco”, recoge “La Carta encíclica de fray Elías”, la “Bula de canonización de san Francisco”, el Liber de Laudibus de Bernardo de Bessa, la Vita Sancti Francisci de Jacobo de Vorágine, la Legenda Monacensis y la Vita del povero et humile servo de Dio Francesco, del Ms. Capponiano – Vaticano 207.
Los Actus Beati Francisci y los Fioretti (capítulo 9º, pp. 395-432).
El capítulo 10º (pp. 433-490), dedicado a las fuentes hagiográficas de santa Clara, presenta los siguientes documentos: “Notificación oficial de la muerte de Clara”, el “Proceso de canonización de santa Clara”, la “Bula de canonización de santa Clara”, la Legenda versificata Sanctae Clarae Assisiensis, la Legenda Sanctae Clarae Virginis, tres Leyendas menores sobre santa Clara, el himno Gaude, Clara, y documentos y testimonios complementarios.
Cabe destacar la aportación del Autor en los capítulos 3º, 6º, 8º y 9º, al ofrecer una introducción a fuentes que generalmente han sido poco estudiadas o que han sido tratadas en artículos o libros de difícil acceso a una gran mayoría de lectores.
F. Uribe presenta cada una de las obras hagiográficas considerando los siguientes argumentos: el autor, con los principales datos sobre su vida y personalidad, en la medida en que son conocidos; el tiempo y las circunstancias de la composición de la obra, aspecto al que se presta una especial atención, particularmente en lo referente a la historia de la Orden franciscana; las fuentes empleadas en la obra, poniendo de relieve la originalidad de ésta o su dependencia de otras, problema espinoso en la primitiva hagiografía franciscana; la estructura temática, generalmente detallada, lo cual permite captar fácilmente el contenido de la obra en cuestión; el estilo literario de la obra; la intención del autor y la finalidad de la obra; la transmisión del texto, los avatares por los que ha pasado la obra hasta llegar a su edición crítica, si la hay; por último, el valor y el significado de la obra, lugar en el que el profesor Uribe emite un juicio sobre la obra presentada. El Autor estudia también de manera específica los casos en los que la autenticidad y la integridad de las obras resultan problemáticas.
Con este método, el profesor Uribe trata todas las cuestiones concernientes a cada una de las fuentes hagiográficas franciscanas y clarianas de los siglos XIII y XIV, sin dejarse nada importante en el tintero, con lo que da un carácter exhaustivo a esta Introducción. Además, expone dichas cuestiones, complicadas muchas veces no sólo por su propia naturaleza sino también por las diversas y a veces contradictorias interpretaciones o hipótesis dadas por los estudiosos, con una claridad digna de todo encomio. A este respecto, es significativo como el Autor ha sabido recopilar y sintetizar las aportaciones de un gran número de estudiosos, deteniéndose en las más significativas y entrando en diálogo con sus autores, como denota el aparato crítico del libro y la extensa parte dedicada a la “Bibliografía”.
El texto presenta algunos deslices, probablemente fruto de la transcripción de los datos, cosa compresible si se considera la extensión de la obra y el gran número de sus informaciones y referencias. Así, en la nota 45 de la p. 30 y en la p. 566, se trascribe Salvadorelli por Salvatorelli; en la p. 284, la frase: “la bula Cum inter nonnullos (30 de diciembre de 1317)” contiene un error -la fecha de esta bula, en efecto, es del 12 de noviembre de 1323-, a no ser que el Autor se refiera a la bula Sancta Romana, promulgada en la fecha indicada entre paréntesis y que corresponde a la referencia que da en la nota 100: por el contexto entendemos que se deberían citar ambas bulas; en el texto transcrito en la p. 340, nota 72, después de “(...) status fratris minoris”, falta el giro “scilicet beati Francisci”, expresión que no se recoge en la edición crítica del Speculum Perfectionis y que sólo traen algunos manuscritos; en la p. 417, nota 102, faltan algunas referencias.
No se entiende como, en las pp. 266-267, el Autor no da más importancia al Cd. 1046 de Perusa, que incluye simplemente “Entre los manuscritos autónomos que traen en su contenido algún material semejante al de la Compilatio Assisiensis...”, cuando precisamente es este Códice el que contiene la Compilatio Assisiensis y del cual el Autor ofrece una descripción (cf. pp. 268-272, 287). Por otra parte, no resulta muy convincente el juicio que emite el Autor sobre el Speculum Perfectionis, según el cual esta obra sería una demostración de que, en el tiempo en que fue escrita, en la Orden podían expresarse con libertad las diversas interpretaciones del ideal franciscano y los hermanos podían manifestar abiertamente sus divergencias (cf. p. 346): el hecho de que esta obra se escribiese no quiere decir que no hubiera en aquel momento presiones sobre los Espirituales, perseguidos, de hecho, desde hacía tiempo.
La “Bibliografía” que ofrece el Autor en las pp. 491-567 es una de sus mayores aportaciones en esta obra, no sólo por el número de referencias, que ocupan nada menos que 76 páginas, sino también porque recoge hasta las más recientes y porque están clasificadas siguiendo una serie de apartados que facilitan su consulta: fuentes, “cuestión franciscana”: discusión y balances, introducciones y estudios de conjunto, estudios específicos sobre cada una de las fuentes (a cada capítulo del libro es dedicado un apartado bibliográfico), estudios sobre hagiografía, subsidios y estudios varios.
Resultan útiles las “Siglas y abreviaturas” (pp. 11-18) y el “Índice onomástico” (pp. 569-580), si bien es muy extraño que el Editor no haya incluido en el Índice onomástico las referencias a las páginas de la “Bibliografía”.
Tanto para el lector neófito como para el iniciado en la materia, el presente libro será de gran utilidad y constituirá un subsidio del que no podrán prescindir, pues hallarán en él: una excelente introducción a las hagiografías primitivas de san Francisco y de santa Clara de Asís, una síntesis comprensible de todo lo relacionado con estas fuentes, el estado actual en el que se hallan los estudios sobre cada una de ellas y abundantes sugerencias para profundizar en su conocimiento, elementos todos ellos que ofrecen, además de una adecuada comprensión de las mencionadas hagiografías, la posibilidad de analizarlas.
También para el estudioso en la materia será esta obra un libro de consulta, pues puede hallar en él, con facilidad y rapidez, los datos, el “status questionis” y la producción bibliográfica sobre cada una de las fuentes, elementos que generalmente se encuentran dispersos y que no son siempre fáciles de localizar.
Nos hallamos ante una obra única en su género, al menos en el ámbito de la lengua española. Lo mismo puede afirmarse también respecto a la producción bibliográfica de estos últimos años en otras lenguas, si se considera su contenido y el hecho de ser fruto de un solo autor y no de un trabajo en colaboración.
No es fácil presentar una obra como ésta -extensa, de materia compleja e interdisciplinar- de manera que se la pueda valorar en su justa medida. De cualquier modo, no puede concluirse esta reseña sin felicitar sinceramente al profesor Fernando Uribe por este libro que nos entrega, y sin decirle que su trabajo y su esfuerzo de varios años han merecido la pena. Le auguramos una pronta traducción de su obra, deseando que pueda beneficiarse de ella un número cada vez mayor de lectores.
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