Inicio > Publicaciones > Uribe Viernes 22 Noviembre 2024

Datos sobre la publicaciķn:
Recensione: SALIMBENE DE ADAM, Cronica I: a. 1168-1249; II: a. 1250-1287

 
 
 
Foto Uribe Fernando , Recensione: SALIMBENE DE ADAM, Cronica I: a. 1168-1249; II: a. 1250-1287, in Antonianum, 75/3 (2000) p. 561-563 .
Sumario en espaņol:

Treintitrés años después de la primera publicación de la edición crítica que había hecho Giuseppe Scaglia (1966), aparece de nuevo la Cronica de Salimbene, esta vez acogida en la venerable y prestigiosa colección “Corpus Christianorum, Continuatio Mediaevalis”. Ya este hecho significa un reconocimiento al trabajo del erudito paleógrafo y a su vez un enriquecimiento para la mencionada Colección.

Como en la primera publicación, también en ésta el texto ha sido dividido en dos volúmenes para hacer más fácil su manejo; entre ambos se ha conservado la numeración continuada de las páginas, para facilitar su consulta y las referencias textuales. Acomodándose a las exigencias de la nueva casa editorial, los estudios sobre el autor y la obra, que en la edición precedente estaban colocados al final, en ésta han sido trasladados al inicio. De esta forma en la Introducción general ha quedado incorporado todo lo referente a la vida y obra del cronista parmesano, en particular los estudios relacionados con su famosa Cronica, como las fuentes, la tradición manuscrita, las diversas ediciones impresas que se han hecho de la misma y una presentación sintética de la actual edición de Scalia. Tomada en su conjunto, la Introducción es un estudio bien documentado y completo, que a su vez se mantiene dentro de los límites de lo estrictamente necesario para una información esencial sobre el autor y su obra. Además de la revisión del estudio precedente, el aquí presentado tiene la ventaja de la actualización bibliográfica.

Para acomodarse a las exigencias de concisión impuestas por la Colección, el editor ha debido reducir de forma considerable la amplia descripción del Códice Vaticano latino 7260, con la promesa de una publicación independiente en un número monográfico de la Colección Autographa Medii Aevi de la misma casa editorial Brepols. Será un complemento necesario de esta obra, dada la gran importancia que tiene el mencionado Manuscrito Vaticano. En efecto, se trata del texto de la Cronica escrito por la propia mano de Salimbene que, a pesar de estar mutilado en casi un 50 %, es imprescindible, en cuanto constituye el único punto de referencia cierto que hoy se posee del documento; los otros manuscritos conocidos son reproducciones parciales, imperfectas y tardías del mismo.

El texto de la Cronica editado esta vez por Scalia tiene el valor de haber sido confrontado de nuevo por el estudioso con el Manuscrito Vaticano, sobre todo en los pasos más difíciles, sirviéndose de modernos medios técnicos (lámpara de Wood). Se trata, por tanto, de un texto que, sobre las ventajas que ya ofrecía el de 1966 con relación a la precedente edición crítica de Holder – Egger (de 1884, reeditada en 1963), se nos entrega hoy bastante depurado. Con gran acierto, el editor procuró presentar la crónica conservando el mismo formato de su edición anterior sin renunciar a las modificaciones que juzgó necesarias. De esta forma logró conservar una buena semejanza con ella en la paginación y la distribución de párrafos y de líneas; lo mismo vale para el aparato crítico en la doble sección de notas al pie de página: la de las fuentes y la de las variantes del texto. Para facilitar la referencia, en la margen izquierda de cada página han sido indicados los números de páginas y las respectivas líneas de la edición de 1966. En lo que se refiere no ya a los cambios formales sino al texto, las pocas diferencias entre la edición de 1966 y la actual aparecen indicadas en la Tabla de correspondencias hacia el final de la Introducción (pp. LII-LIV). Se trata de indicaciones de no escasa importancia, en cuanto evitarán confusiones cuando se pretenda confrontar las citaciones hechas según el texto precedente, permitirán seguir haciendo uso de instrumentos tan útiles para el estudio de la Cronica como el Thesaurus fratris Salimbene de Adam publicado por el Cetedoc de la Universidad de Louvain La Neuve y aún facilitarán el uso de las traducciones que se han hecho en inglés y en italiano partiendo de la edición anterior.

Además de las referencias a la edición anterior, la presentación del texto nos pone en contacto con el Códice Vaticano, pues en la margen derecha aparecen indicados los números de los folios y de las columnas del Manuscrito autógrafo, tanto los rectus como los versus. La relación con este Manuscrito se hace todavía más completa a través de la sección de las notas que indican añadidos, variantes u otras posibilidades de lectura, sobre todo en los pasos difíciles y donde han quedado las huellas de las intervenciones de otras manos en épocas posteriores. Se debe anotar, sin embargo, que este aparato crítico fue reducido y simplificado con relación a la edición de 1966.

Uno de los elementos que le dan un gran valor la edición de Scalia, la actual y la precedente, es la indicación de las fuentes en la correspondiente sección de notas al pie de página; es éste uno de los aspectos que marcan un progreso en relación con la edición de Holder – Egger. A lo anterior hay que agregar la riqueza y extensión de los índices, tanto el de los pasajes de la Sagrada Escritura como el de Autores y obras anónimas. El primero deja entrever, por una parte, la vasta erudición bíblica, de la que se jactaba personalmente Salimbene y, por otra, constituye un instrumento precioso para el estudio de la Cronica desde esta perspectiva; el índice de los Autores servirá no sólo para conocer el panorama cultural del fraile cronista sino, sobre todo, para dilucidar mejor el problema de las fuentes que entraron en su trabajo.

Un lunar que ensombrece el primer volumen, impreso en 1998, es la no oportuna introducción de las correcciones hechas por el editor en las pruebas de imprenta y la no adecuada presentación de algunas páginas, de modo particular en cuanto se refiere a la colocación de varias rúbricas, que al equivaler a títulos internos, aparecen al final de la página, es decir, separadas del texto al que hacen referencia; en otros casos no se marcó el espacio suficiente entre el texto y la rúbrica. La falla fue denunciada con amargura por el mismo editor al comenzar el segundo volumen y todo indica que se debe a la distracción del impresor, quien no tuvo en cuenta todas las correcciones de pruebas. Tales errores aparecen indicadas al final del volumen segundo (publicado en 1999) bajo el título: “Corrigenda” e “Addenda” (pp. 1071/72). A decir verdad, aparte la justa aspiración a presentar de forma perfecta un trabajo que supone tantos desvelos en su preparación, una buena parte de los defectos indicados son de carácter formal que, por sí mismos no afectan el contenido del texto; de todas maneras, se espera que serán remediados en una futura reimpresión del vol. CXXV.

Al final de la Introducción general el editor dedica dos páginas a lo que él llama “Cenni bibliografici” (pp. L-LI). Se trata de una breve orientación bibliográfica en la cual son señalados los más importantes trabajos que han sido publicados sobre Salimbene y su Cronica. A pesar de que allí se indican los dos estudios más completos que se han hecho sobre la bibliografía del cronista parmesano, la de F. Bernini (1932) y la de Mariano D’Alatri (1992), habría sido deseable que este trabajo nos hubiese ofrecido una bibliografía completa, tanto más que el mismo Scalia anota algunas lagunas en el reciente trabajo bibliográfico de Mariano D’Alatri. De todas maneras, el editor se ha preocupado por señalar los estudios aparecidos después de 1992.

Lo anterior no disminuye nuestra complacencia por la publicación de la Cronica de Salimbene de Adam según la edición de Giuseppe Scaglia. No obstante que la edición de Holder – Egger siga siendo útil para algunos aspectos periféricos, la de Scalia se ha constituido e un punto de referencia insustituible para quien desee conocer y estudiar la Cronica, y esto por dos motivos principales: por una parte la fidelidad en la lectura del texto y, por otra, la rica referencia a las fuentes. A lo anterior se debe agregar la ventaja que ofrece esta segunda edición, especialmente en lo que se refiere al perfeccionamiento del texto y a la corrección de la precedente. Por estos motivos nos congratulamos con el editor y con la Editorial.



 
 
 
 
 
 
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