Alvarez Barredo Miguel ,
Recensione: Leonhard Goppelt, A Commentary on I Peter ,
in
Antonianum, 70/3-4 (1995) p. 694-695
.
Sumario en espaņol:
La presente obra es la traducción del original alemán publicado en 1978. El manuscrito, debido al fallecimiento de L.Goppelt, fue ultimado y preparado por F.Hahn. En el transcurso de estos años el comentario ha pasado a ser una contribución importante al conocimiento de la primera carta de Pedro. Además el autor ha ofrecido una serie de estudios en el arco del tiempo que va del 1969 hasta el 1976 en torno a aspectos de esta carta petrina, que proporcionan un nuevo empuje para captar el ambiente reflejado en el escrito, tendientes principalmente a destacar los factores sociológicos.
El comentario sigue las pautas habituales de introducción y comentario, salpicado éste por una serie de excursus sobre temas puntuales. L. Goppelt en todo momento procura reflexionar sobre el carácter del testimonio público de la fe. De hecho, las tres partes en que divide el comentario (1,3-2,10; 2,11-4,11; 4,12-5,11) se esfuerzan en resaltar este horizonte; la primera parte (1,3-2,10) expone la base y la esencia cristianas en el contexto social, la segunda (2,11-4,11) la realización de la existencia cristiana en las estructuras sociales, y la tercera (4,12-5,11) la constancia dentro de unas circunstancias coyunturales adversas. La conducta de los creyentes supone un continuo desafío frente al medio ambiente.
El motivo central que recorre la carta es el sufrimiento que acarrea el testimoniar públicamente la fe, allí donde los cristianos son una minoría sociológicamente hablando. Su fe lleva a optar y a tomar determinadas posturas que suscitan en sus respectivos ambientes una hostilidad con diferentes matices.
Centrado el esquema temático del estudio a continuación nos fijamos en un análisis más detenido de la obra.
En la introducción el autor en seguida se decanta por aclarar que se trata de una carta dirigida a comunidades étnico-paganas del Asia menor, y acentúa el hecho de ser una zona favorable a la expansión del cristianismo, dado su talante helenístico. Estas conclusiones clarifican visiblemente múltiples hipótesis sobre el contexto de la carta; los posteriores estudios han matizado estas valoraciones, pero las posturas fundamentales de Goppelt son clarividentes
Respecto a la autoría de la carta es partidario de atribuirla a Silvano, lo cual favorecería un origen romano y petrino. Esta interpretación ha sido arrinconada y se piensa en las últimas investigaciones en un autor que conoció bien la situación de las comunidades, que vivían en un contexto de hostilidad, pero no supone la situación de las persecuciones desatadas en torno a los años 80-90, que fueron duras en la parte oriental del imperio romano. Ello posibilita el datar la carta en un tiempo precedente al desencadenamiento de tales persecuciones.
Considerando el estilo, aunque brevemente, Goppelt identifica sabiamente sus características. Define el estilo como conciso, insistiendo que usa menos semitismos que Pablo, que recurre a giros retóricos y que son frecuentes las cadenas de términos o palabras semejantes, el paralelismo y la presencia de metáforas.
Todas estas consideraciones serán expuestas serenamente en el curso del comentario, siendo sus apreciaciones muy ordenadas y llenas de clarividencia.
Siguiendo el cauce de la exposición el autor contempla la relación con los escritos paulinos, la tradición sinóptica y otra literatura cristiana epistolar de la época primitiva,incluyendo obras apócrifas, donde el autor se afana en buscar y encontrar referencias concretas a nivel de textos, forzando en determinados momentos las pretendidas correspondencias. Este recurso o metodología dominará en su exégesis del texto.
Después de una introducción, que es esbozo de una metodología, la obra se centra en el comentario del texto según las partes arriba indicadas.
La exégesis,predominantemente de carácter literario y teológico, es un seguimiento del texto de manera pausada. Analiza palabra por palabra, giro tras giro, con la metodología antes indicada; así, con las dependencias de los otros textos mencionados se posibilitan ulteriores matices de interpretación.
Es aquí donde radica la gran aportación de la obra. A veces, con cierta frecuencia, se encuentran estudios que se conforman con consideraciones generales, si embargo, Goppelt ha pretendido en cada instante ver el alcance del mensaje cristiano en una determinada época. Para ello no duda en detenerse en el texto enriqueciéndolo con otras citas bíblicas o testimonios de la iglesia apostólica, evidenciando así un horizonte más rico y sugestivo. Aunque en algunos momentos apura las referencias, descubre facetas que fortalecen la conexión de la carta con la tradición de la iglesia, aspecto olvidado a menudo.
Creemos que a veces se excede en esta pretensión de detectar citas bíblicas y otros apoyos literarios para ampliar su horizonte exegético, pero esta laguna es compensada por el logro de poder apreciar la gran riqueza de la paránesis cristiana, procurando al mismo tiempo subrayar los aspectos éticos de la fe.
Leyendo su trabajo se puede observar el alcance de la ética cristiana,porque al mismo tiempo que acota el pensamiento de la carta en cuestión descubre la corriente sincronizadora de los conceptos y términos en el NT y otra literatura cristiana. Sus análisis se fundan rigurosamente sobre el texto griego, lo cual obstaculiza el surgimiento de una interpretación desconectada del texto y evita una apreciación cargada de prejuicios o tendiente a una ideología.
En este sentido Goppelt ha tenido el mérito de dejarnos un comentario de gran utilidad para el conocimiento de la carta de Pedro y al mismo tiempo ha puesto de relieve el entroncamiento de ésta en la tradición eclesial.
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