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Recensione: Reinhard Korner, Mystik, Quell der Vemunft

El trabajo quiere ser y es un estudio de lo que es «mística» en S. Juan de la Cruz. Esta intención está bien señalada en el subtítulo interno de la obra: «la razón en camino a la unión con Dios en S. Juan de la Cruz».

El título es un poco ambiguo. Podria significar que lo místico da a pensar y conocer, como sugiere inmediatamente el titulo «Mystik, quell der Vernunft»; po­dria significar también el momento que al intelecto corresponde en la vivencia mística; pero el sentido que le da el autor es el de que, según S. Juan de la Cruz, la unión y lo místico es algo perteneciente al intelecto de modo radical y original de modo que lo místico es cosa del entendimiento y no de la voluntad o de amor. Y a probar esto está encaminada toda la obra.

Una bibliografía, confeccionada según los cánones de la metodología, pre­cede a una introducción en la que se declara que lo místico, qué es razón o enten­dimiento para proponer el tema: «rationalitát und mystik» en la actualidad y cómo se propone con respecto a S. Juan en la Cruz.

El trabajo lo lleva a cabo nuesto autor en dos partes principales: el camino de la unión con Dios según S. Juan: un camino de la razón o del entendimiento y el modo de conocer del místico o ámbitos en los que opera la razón.

El trabajo está realizado con extrema exactitud, por pasos contados, gran co-nocimento del autor estudiado y combinado todo de tal manera que es una gran obra de investigación sobre el pensamiento de S. Juan de la Cruz. Ahora que se escribe tanto en el modo de lo banal, también sobre espiritualidad, esta obra se avala como digna en sumo grado de ser tenida en cuenta.

El autor se deja llevar, sin embago, por un presupuesto proprio, a saber, que la razón es lo principal en el hombre y que, en consecuencia, la realización de éste debe de acontecer a nivel de la razón. Para concluir a ello desde S. Juan de la Cruz, el autor aporta todo aquello que en S. Juan de la Cruz favorece esta visión para concluir a una interpretación «intelectualista» del mismo. Pero lo uno y lo otro me parece demasiado. En concreto y para llegar a esa conclusión nuestro autor debería haber investigado el puesto del «amor» (die Liebe) en la antropolo­gía de S. Juan y su peso en el «acto» beatifico (que no «visión», aun cuando no la excluya). Porque (y para ser concreto) lo que el autor nos dice en la página 163 s. se entiende mucho mejor en el ambiente de la «superamistad» escotista que en el ambiente «intelectualista» de la «visión» de Dios. Y decirle al autor que la «amis­tad» o amor es, sin duda, «fuente» (Quell) de conocimiento, posiblemente, la mejor.