Larranaga Tomas ,
Recensione: V. Mulago, Simbolismo religioso africano. Estudio comparativo con el sacramentalismo cristiano,
in
Antonianum, 66/1 (1991) p. 163-164
.
Sumario en espaņol:
Para situar la obra en su propio contexto, digamos en seguida que figura dentro de una serie monográfica sobre las religiones no cristianas; y que el autor, sacerdote, y miembro de la Comisión Teológica Internacional, es Decano de la Facultad Teológica de Kinshasa (Zaire), y autor de numerosos escritos teológicos en clave africana (pp. XXV-XXVII).
Toma en examen la mentalidad y costumbres de los pueblos negros que viven al sur del Sahara: cinco grupos étnicos pertenecientes a la esfera de la cultura bantú, distribuidos actualmente entre los Estados del Zaire, Congo, Angola y Ruanda, en plena África central.
En sucesivos capítulos describe los ritos y usos de estos pueblos respecto a la iniciación, la comunión alimenticia o de sangre, el matrimonio, la purificación y reconciliación, las celebraciones de la muerte, las ceremonias de investidura en el poder, y los usos y principios de solidaridad. En cada uno de estos temas, expone primero las usanzas de cada uno de estos grupos étnicos, con algunas indicaciones sintéticas sobre los puntos de convergencia y de mayor interés; añade la doctrina y el desarrollo del ritual en el cristianismo desde el A.T. respecto al mismo tema; y concluye con algunas sugerencias personales para una mayor adaptación de la Iglesia Africana, en sus ritos y celebraciones, a la cultura de estos pueblos.
Es una perspectiva que podría ser de palpitante actualidad en vistas al Sínodo Africano que se está preparando, para un impulso decisivo a la teología africana y a la urgencia real de una mayor inculturación de la presencia cristiana en aquellos ambientes. ¿Pero se tendrá la santa audacia e incluso una voluntad real de caminar decididamente en este sentido? Las indicaciones concretas del autor pueden ser discutibles; pero representan una voz real del África cristiana, que siente la necesidad de que la cultura de sus pueblos sea tenida más en cuenta de parte de la Iglesia.
En cuanto a esta edición española, me sorprende que la amplia bibliografía aducida (pp. XIX-XXXI) se haya dejado exclusivamente en francés: incluso los nombres de los Papas, y hasta las pocas colaboraciones españolas que se incluyen, como las de García Barberena y de Jiménex-Urresti (pero a éste después, en la p. 309, se le aduce en castellano).
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