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Recensione: TRESMONTANT C, Introducción a la Teología cristiana

Después del Concilio Ecuménico Vaticano II, se ha notado por todos la falta de una preparación doctrinal y teológica de los fieles, pues mu­chos, si bien preparados en las ciencias positivas con un gran profundidad en su campo específico, al contrario en el campo doctrinal y teológico se han quedado solamente con las nociones doctrinales del solo catecismo elemental. Para eliminar esta laguna, se han multiplicado series de publi­caciones y estudios teológicos, bíblicos, históricos y morales etc., sobre el pensamiento y la doctrina de la Iglesia y de la Sagrada Escritura para facilitar a los lectores una profunda formación católica y ortodoxa en el descubrimiento de la Palabra de Dios. Entre tantas publicaciones se presenta la citada obra teológica que también se propone hacer accesible y comprensible los conceptos teológicos, sirviéndose del lenguaje usado por el hombre moderno, común a todos para comunicarse en el siglo XX. El A. presenta su texto teológico dividiéndolo en cuatro partes: en primera parte (págs. 29-116), « Dios, la creación, la revelación ». La segunda parte, (págs. 120-328), trata la,  « Encarnación» de Cristo. Parte tercera (págs. 331-499), «la Trinidad». En la última parte (págs. 504-704), «Antro­pología cristiana ». Concluyendo, con un epílogo y apéndice, « el problema del mal». El A. ciertamente, como él mismo afirma, no pretende agotar la temática teológica porque sería escribir volúmenes, sino más bien limitándose a ciertos preocupantes problemas actuales que atormentan al hombre de hoy, y a ciertos temas teológicos y autores; omitiendo a otros que pueden dar, al lector avezado, una visión imperfecta e incom­pleta, busca llevar el lector con la reflexión sobre las cosas visibles a llegar al « ETERNO »: « No engloba, ni muchos menos, el destino humano en su conjunto. Vemos que es absurdo intentar reducir el cristianismo al orden político. La ciencia no puede tampoco resolver al hombre el fu­turo. La ciencia experimental nos da a conocer lo que es ahora, y lo que fue en antaño. No puede darnos la vida futura, la vida eterna, la vida de Dios. Solamente Dios puede dar al hombre, si él quiere, su vida eterna. Y el cristianismo es precisamente esto: la comunicación al hombre de la vida eterna de Dios ». Es un texto rico, de citaciones bíblicas y patrísticas para una primer información, pero aún así nacen algunos interrogativos, preguntándose por qué el autor, tratando problemas actuales, no cita los documentos del Vaticano II en el cuál la Iglesia ofi­cialmente ha tratado dar una respuesta a los problemas que atormentan el hombre moderno, además la temática estudiada es muy amplia, no sería mejor haberla reducida a un argomento, tratándolo más amplia­mente y evitando así el riesgo de simplificar, superficializar los conceptos doctrinales, provocando falsas interpretaciones en los fieles desprovistos de una segura formación teológica ortodoxa. Pero el A. mismo afirma que su estudio es, « un trabajo de iniciación pues y completamente elemental: para principiantes absolutos, por así decir! ».