Vazquez Janeiro Isaac ,
Miscellanea: Las relaciones Iglesia-Estado en la Espana del siglo XIX. Las investigaciones de V. Cārcel Orti ,
in
Antonianum, 58/4 (1983) p. 648-652
.
Sumario en espaņol: Aunque parezca incomprensible, el siglo mas desconocido por los autores del siglo XX venia siendo hasta hace pocos afios el XIX. A lo sumo, se le conocia a través de los dicterios o de los ditirambos, de las detracciones o de las apologias que le dedicaron escritores apasianados y poco o nada documentados. Està ignorancia resul-taba, ademàs de incomprensible, imperdonable, desde el momento en que los hombres del siglo XX desconocian asi su origen inmediato, ya que el siglo XX, en toda su compleja realidad, se ha incubado — en larga y dolorosa gestación — en las entrafias del siglo XIX.
Desde hace treinta, cuarenta afios, la situación ha cambiado en mejor. La historia de dicterios o ditirambos cedió el puesto a la historia de los documentos. Pudiera citar el caso de varios paises europeos, especialmente el de Italia. Pero voy a cenirme en està nota sólo al caso de Espana. Fue, sin duda, el prof. Federico Suàrez Verdeguer uno de los que mas promovió y estimuló el estudio documentai del siglo XIX espanol, primeramente desde su càtedra com-postelana, y luego desde el mas reciente Seminario de Historia Moderna de la Universidad de Navarra; sus investigaciones compren-den preferen temente las instituciones politico-eeonómicas. En el àrea propiamente eclesiàstica, el Instituto de Historia de la Igle-sia de dicha Universidad continua manifestando un interés prevalente hacia el siglo XIX espanol, corno lo demuestran sus ya nume-rosas publicaciones relativas a este periodo. Sin pretender ocu-parme del estudio de J.M. Mutiloa Poza, sobre la desamortización, o del de F. Marti Gilabert sobre la abolición de la Inquisición en Espana, voy a limitarme a presentar solamente tres gruesos volù-menes que tratan de las relaciones Iglesia-Estado o, si se quiere, de las relaciones Espana-Santa Sede, partiendo, preferentemente, de la documentación vaticana. Es su autor el Dr. V. Càrcel Orti, a quien se deben otras numerosas publicaciones sobre el siglo XIX espafìol, que revelan un perfecto conocimiento y uso de los diver-sos fondos del Archivo Vaticano. Los libros en cuestión son los siguientes, por orden cronològico de publicación: 1. Politica ecleslal de los gobiernos Uberales espaholes (1830-1840) (Colección Historia de la Iglesia, 4; Pamplona, Ediciones Universidad de Navarra, 1975), 530 pp.; 2. Correspondencla diplomàtica del nuncio Tiberi (1827-1834) (Documentos para la historia de las relaciones Iglesia-Estado en la Espana del siglo XIX. Serie I: Nunciatura. Volumen 4; Pamplona, Ediciones Universidad de Navarra, 1976), 873 pp.; 3. Iglesia y Revolution en Espana (1868-1879). Estualo histórico-juridico desde la documentación vaticana inèdita (Colección Historia de la Iglesia, 12; Pamplona, Ediciones Universidad de Navarra, 1979), 682 pp.
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Siguiendo el orden cronològico de los acontecimientos, corres-ponde el primer puesto de presentación al segundo volumen, que se ocupa de la nunciatura del nuncio Tiberi (1827-1834). El A. dedica significativamente el volumen « al Prof. Dr. Federico Suàrez, sa-cerdote-amigo », y, en la Presentación, anuncia el proyecto de edición de los despachos de los nuncios en Madrid durante el siglo XIX que alcanzarà quince volùmenes; indica luego las siglas y enumera las fuentes manuscritas e impresas; las fuentes manuscritas abarcan la Molerà de 124 legajos de la « Segreteria di Stato », 7 del fondo «Epistolae ad Principes », 8 del « Epistolae latinae », 17 del «Nunziatura di Madrid », 24 del archivo de la Congregación « degli Affari Ecclesiastici Straordinari ». Después de un estudio preliminar, sintètico pero denso, viene la edición de toda la correspondencia diplomàtica de Tiberi con la Secretarla de Estado, que comprende exac-tamente 706 despachos, publicados ex integro. En las notas se pu-blican numerosas respuestas de la Secretarla de Estado al nuncio.
Francisco Tiberi (1773-1839), durante su misión diplomàtica, pre-senció dos hechos importantes para la vida espanda: el paso definitivo del Antiguo Régimen al sistema liberal y el cambio sucesorio operado con la revocación de la ley sàlica; en ambos desempenó simplemente el papel de atento observador, si bien el segundo acontecimiento contribuyó indirectamente a crearle una situación desa-gradable en los ùltimos meses de su permanencia en Espana. Como diplomàtico activo, Tiberi tuvo otras muchas ocasiones para ejercer un cierto protagonismo con resultados mas bien positivos. Defendió siempre los derechos de la Santa Sede y de la Iglesia espanda frente a la ingerencia siempre creciente del poder civil en cues-tiones eclesiàsticas y desempefió habilmente el oficio de mediador con el gobierno ante la progresiva desvinculación de los estados sudamericanos y el consiguiente comportamiento de la Santa Sede en el nombramiento de obispos para las sedes de aquellos paises. A este propòsito, escribia en 7 de junio de 1831: « Come si pretende dal re nominar vescovi, o impedire che si faccia dal Papa, quando S.M. non tiene in America potere di scegliere un'Alcalde? » (doc. 491, p. 582). Especial atención prestò Tiberi al problema creado por el afàn secesionista de las Ordenes religiosas en Espana, después de la buia Inter graviores, emanada por Pio VII (1804); a este efecto, se mostrò suinamente hàbil para presidir capitulos generales y propiciar can-didatos a ministros generales del agrado de Roma; escribia el 6 de julio de 1829: « Secondo un antico piano si cerca di rendere indipendenti da Roma i regolari » (doc. 267, p. 336). Segùn el nuncio, era individuo sospechoso el vicario general de los franciscanos, P. Chilo Alameda, « uomo molto destro » (doc. 352, p. 424); por eso hizo todo lo posible para presidir el capitulo general que se celebrò el dia 29 de junio de 1830 en Alcalà, y no pudo oeultar su grande satisfac-ción, cuando, eliminado el P. Alameda, salió elegido el P. Luis Igle-sias, al cual dedica un subido elogio: « cadde la scelta nel dotto, santo e mansueto padre Ludovico Iglesias, di Galizia, lettor giubilato, già professore all'università di Salamanca ed ora in quella di San Giacomo. Fu unanime, pacifica, canonica la elezione. Nello scrutinio particolare, con mia sorpresa, mi intesi proporre il padre Cirillo... Confutai con vigore gli assurdi discorsi e conchiusi che se lo avessero osato, io avrei annullato tutto e di poi avrei nominato il generale » (doc. 391, p. 450-61). Como es sabido, el P. Chilo Alameda y Brea murió en 1872 siendo arzobispo de Toledo, primado de Espana y car-denal de la Iglesia Romana.
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El primero en sacarle fruto a està inmensa masa documentai fue el mismo Càrcel Orti para la elaboración de la primera parte de su obra Politica eclesial de los gobiernos liberales espanoles 1830-1840, que habfa lanzado a luz ya el ano anterior; la segunda parte està construida con materiales archivisticos de los ya citados fondos va-ticanos, que usa en medida exhaustiva (ver la relación de « fuentes manuscritas », pp. 27-39). Con un titulo, a mi modo de ver, poco afortunado (los gobiernos liberales no comienzan en 1830 ni terminali en 1840), traza el A. una excelente panoràmica de la realidad espanda durante la década de los anos treinta del siglo pasado, uno de los pen'odos mas tristes de la historia espanda de todos los siglos. Politicamente, comprende los tres ùltimos anos del reinado de Fernando VII (f 29-9-1833), que son también los tres ùltimos afios del Antiguo Régimen, y los siete anos de la regencia de Maria Cristina en la menor edad de su hija Isabel II, que se caracterizan por el estallido de la primera guerra civil entre carlistas e isabelinos y por la conso-lidación en el poder del régimen liberal. En el campo de la politica eclesiàstica y religiosa, se asiste a la ruptura de relaciones entre Espana y la Santa Sede, al cierre de la nuneiatura de Madrid, a la per-secución de varios eclesiàsticos, matanzas de frailes, supresión de las Ordenes religiosas y apropiación de todos sus bienes por parfe del Estado. El A. dice que « las matanzas de frailes y quemas de con-ventos, la desamortización y secularización... y, en general, todas las violaciones de la inmunidad eclesiàstica fueron crisoles purificadores de un sistema que... preparò los caminos a nuevos tiempos » (p. 15); y dice también que la desamortización si « tècnicamente tenia su razón de ser y socialmente podia justificarse, pràcticamente fue Ilevada de modo injusto... » (p. 309); y concluye, diciendo: « creo que no debe hablarse de persecución organizada del gobierno contra la iglesia espanda, pues la legislación antieolesiàstica fue en buena parte una repetición de antiguos experimentos, y no motivada por el sectarismo de los dirigentes poli'ticos, sino por un interés marcadamente pragmàtico y oportunista — en cuya base latìa un gra-vfsimo problema economico —, y en definitiva politico y no antirre-ligioso » (p. 512). Si la desamortización fue una medida — comò parece admitir el A. — tècnicamente razonable, socialmente justifi-cable y econòmicamente oportuna, tpor qué no fue aplicada por igual a todos los bienes de la iglesia, o de las iglesias espanolas, y a los inmensos latifundios que existian — y existen — en el pais? No vemos comò — aun sólo bajo el aspecto econòmico — se pueda 'ustificar una medida que — independientemente de sus resultados - comienza por dejar en el paro a 30.906 ciudadanos espanoles, cuya ùnica culpa era la de ser religiosos.
El ùltimo capitulo de està obra contiene la descripción del estado de cada una de las 65 diócesis espafiolas con datos precisos y bibliografia selecta.
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Dando un grande brinco sobre la cuerda de la cronologia, Càrcel Orti pasa a estudiar en su tercer libro el sexenio que siguió al reinado de Isabel II, cuyos comienzos habia analizado en la monografia precedente. Siguìendo el mismo mètodo y apoyàndose siempre prefe-rentemente en las fuentes manuscritas del Archivo Vaticano (a cuya escueta enumeracion dedica nada menos que 41 pàginas) estudia la situación eclesiàstico-religiosa espanda en relación con los princi-pales acontecimientos politicos del sexenio (Revolución del 68, Cons-titución del 69, breve reinado de Amadeo I de Saboya) y en una doble dirección: en las relaciones diplomàticas entre E spana y la Santa Sede y en la realidad eclesial espafiola en si misma, representada por obispos, clero y pueblo. Imposible resumir aqui la gama de pro-blemas agitados por los vientos de la revolución.
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En una palabra, a través de està trilogia, repleta de documenta-ción vaticana, el Dr. Càrcel Orti nos situa en un precioso belvedere para contemplar tres momentos importantes de la realidad politico-eclesiàstica de la Espana del siglo XIX.
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